El maestro de generaciones Luis Manuel Ramírez Villasana, Héroe del Trabajo de la República de Cuba, falleció este 24 de febrero en Bayamo, ciudad que le confirió la condición de Hijo Ilustre, por sus reconocidos méritos que le llevaron a realizar aquí valiosos aportes.
Villasana, como se le conoció en la esfera social, nació 31 de octubre de 1942 como miembro de una familia de escasos recursos. Su interés por el estudio y el deseo de sus padres de fomentar una inteligencia demostrada, le favorecieron para acceder a todas las enseñanzas, lo cual conllevó a un esfuerzo en el orden económico.
Al triunfar la Revolución Cubana, en enero de 1959, nuevas perspectivas se abrieron para su formación. Para entonces ya participaba en numerosas acciones organizadas por grupos estudiantiles que apoyaban la obra liderada por Fidel Castro.
El 20 de diciembre de 1960 se graduó como maestro, con lo cual respondía a un llamado del Ministerio de Educación para que los estudiantes de los últimos años se incorporaran al curso de adaptación al medio rural para después comenzar a trabajar donde la Patria lo necesitara.
Su quehacer intachable como alfabetizador lo realizó en Valle Frío, localidad de difícil acceso perteneciente al territorio del Tercer Frente, Santiago de Cuba.
Fue testigo cercano del surgimiento de organizaciones que, para la etapa, eran producto de la necesidad de dar respuesta a la hostilidad imperialista, como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) y las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR).
Desde 1962 inició su labor sindicalista. En años posteriores militó en la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y el Partido Comunista de Cuba (PCC). Según sus palabras era el ejemplo del Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara, el que guiaba sus pasos para la contribución de una sociedad mejor y el que marcó para siempre su vida.
Sus aportes voluntarios a la producción de alimentos y otros bienes sirvieron de modelo a sus pupilos.
En la arena internacional colaboró con la liberación de Angola como soldado, y luego en las tareas de Reconstrucción Nacional del país. Por más de cinco años estuvo en esa tierra africana asesorando lo que se denominó Batalla por la Alfabetización y la Educación de Adultos.
En suelo patrio, y como parte de la dirección de Educación en Bayamo, y anteriormente en otros municipios de Granma, se destacó por la iniciativas para la integración escuela-comunidad, las motivaciones de los docentes en aras de lograr clases de calidad, el apoyo a las actividades de innovación, además del impulso de concursos encaminados a fortalecer la formación de valores, entre otras.
Desde 1995 y hasta el momento de su jubilación se desempeñó como Metodólogo de Investigaciones Pedagógicas en la Ciudad del Himno. Fue Vanguardia Nacional de las Escuelas Municipales del Partido y del Sindicato Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte durante 11 años consecutivos (1995 – 2005).
Entre las responsabilidades que asumió están la de miembro del Comité Provincial del PCC en Granma; delegado al V Congreso del Partido; diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, durante tres mandatos consecutivos; y presidente de la Asociación de Pedagogos de Cuba en la provincia, desde su fundación en 1991.
Una extensa hoja de reconocimientos, premios y distinciones avalan su vida al servicio del proyecto social socialista, la Educación y el movimiento obrero.
Magnífico compañero. Lo conocí como Diputado. Fuimos de la Comisión de Educación-Cultura y las Ciencias. Siempre con intervenciones certeras. Una institución en la pedagogía. Fue una persona muy querida y respetada. Siempre hablando de Bayamo y del papel que le corresponde desempeñar a los jóvenes. De verdad que mucho dolor por la pérdida de un valioso compañero. Pero ahí está su obra y su ejemplo.