Los vientos devastadores del tornado sacudieron el espíritu del pueblo habanero. Sin embargo la solidaridad y el esfuerzo de toda Cuba sopla con fuerza renovadora. El país comparte sus recursos con los capitalinos. Trabajadores de los más diversos sectores llegan para colaborar y en industrias de otras provincias se produce para la recuperación.
Ante las dificultades, todos somos uno. Hoy se levanta con mayor solidez y belleza lo arrasado. Los habaneros que sufrieron el embate de la naturaleza no se dejan vencer por la adversidad. Se alzan con el apoyo de innumerables manos que los ayudan para que puedan seguir soñando con un 500 aniversario inolvidable.