La Empresa Críticos Ceiba tiene una producción muy deprimida si se le compara con las 96 mil toneladas que cosechaba en los años 90. Bloqueo y enfermedades combinados frente a la audacia de los trabajadores
Pasada la media mañana, un mecánico lucha con el viejo y cansado “corazón” de uno de los camiones que llegó hace cerca de 40 años a la Empresa Cítricos Ceiba, de Caimito, para trasegar las frutas a la capital cubana. Eran los tiempos de bonanza y una flotilla de 78 vehículos cumplía esa misión; ahora quedan 47 sobrevivientes, la mayoría con parches en su mecánica y su carrocería.
Más de una decena yacen en la explanada del área de talleres de la unidad empresarial de base (UEB) de Servicios Integrales, sin la menor esperanza de que vuelvan a moverse; se hicieron todas las gestiones para comprarles repuestos, motores, agregados y accesorios en diferentes mercados, pero las restricciones que el bloqueo de Estados Unidos impone hasta terceros países impiden su adquisición, admitió Ángel Mesa Álvarez, director de la UEB.
Están listos para darles baja y venderlos cual chatarra, mas mientras ha sido posible se han usado sus piezas y hasta la chapa para paliar la situación de los que quedan funcionando. Todo lo que servía se aprovechó; ahora el menguado parque de camiones se explota al máximo en aras de que las frutas no se pierdan y lleguen a su destino: consumo nacional, turismo e industria.
Los que trabajan lo hacen por el esfuerzo de un grupo de mecánicos, de trabajadores de tornería que tratan de recuperar piezas que por el bloqueo no entran al país; algunas de estas se han adaptado de otros equipos de diversas tecnologías y procedencias; muchas no poseen los motores, los diferenciales, sus cajas originales, explicó Ángel Mesa.
En los tractores también tenemos limitaciones con máquinas herramientas como tornos, rectificadores; no ha llegado nada nuevo que pueda suplir los antiguos. Y convino en que esta situación no es exclusiva en Ceiba, sino que se repite en las de su tipo en Cuba. Fuentes oficiales aseguran que las empresas de cultivos varios, sobre todo las que producen cítricos, resultan las más afectadas por el cerco económico, comercial y financiero de Estados Unidos.
Ya no son los tiempos en que la empresa producía 96 mil toneladas de cítricos anuales, y llegaba con estos a los polos turísticos y hasta Holguín; de recuperar una cantidad importante de aquellos volúmenes, muchas se perderían por falta de carros que los situara cerca de los consumidores.
A las desdichas mencionadas se suma el ataque de dos enfermedades devastadoras para los cítricos: la tristeza y el vector que transmite el Huanglongbing, cuyo control no ha sido efectivo por falta de productos químicos y tecnologías que se pudieran adquirir en los propios Estados Unidos, pero ha habido que traerlos de mercados lejanos, con un costo muy superior, y no en las cantidades suficientes, aseguró el ingeniero José Piñero Borjas, director técnico productivo de la empresa.
De las 5 mil 400 hectáreas que conforman el patrimonio de Ceiba, solo se explotan unas 400 en la producción y fomento de frutas agrias, y un número similar se ocupa de la obtención de otra diversidad, y en casas de cultivos protegidos donde producen hortalizas para el sector turístico.
El camino de la diversificación
Con un poco de luz larga, José Piñero asevera que en el año 2031 deben estar sembradas unas 2 mil hectáreas de cítricos e igual área de otros frutales. “Las instalaciones de los viveros no admiten la producción de mayor cantidad de posturas, por lo que la repoblación de la empresa debe ser lenta”, anunció.
Para entonces la economía tendrá que hacerse más sólida en esta entidad porque las producciones demandarán un parque de vehículos que los distribuya hasta por los puertos y aeropuertos.
Hace unos años se emprendió ese camino con la diversificación; los cítricos fueron suplidos por frutabomba, mango, guayaba, aguacate y ají picante, de los cuales se exportan 40 y 20 toneladas, respectivamente, a mercados que tienen una demanda superior, sobre todo para el último, poco consumido en Cuba.
Piñero Borjas también lamenta la pérdida del mercado natural de los productos cubanos: el estadounidense. “Que fácil sería llegar en 43 minutos en un avión; sin embargo, hoy tenemos que exportar esas frutas cuando más cerca a Canadá y el aguacate a España, Italia, Holanda y Francia.
“Estamos haciendo mercados con productos de muy buena calidad, que se cultivan casi sin tratamientos químicos, prácticamente orgánicos, a causa de las limitantes que tenemos para comprarlos en el exterior. Dejamos la trazabilidad de los renglones que exportamos y garantizamos su inocuidad.
“Al bloqueo nos remitimos no como justificación, sino porque, aunque los equipos mencionados se compraron en otra época, después que perdimos esos suministradores no hemos tenido acceso a nuevos mercados, todos funcionan con créditos y, ¿quién no los va a dar? Chocamos con esa barrera a donde quiera que llegamos a comprar. Recibimos algunas cosas por donación o cooperación con entidades extranjeras, pero de esa forma no se hacen las empresas, aseveró Piñero.
Industria: retos ante el bloqueo
La industria de los alimentos en Cuba es obsoleta y casi toda rudimentaria. Una minindustria, con capacidad para 5 mil litros diarios procesa las frutas frescas de Ceiba. “Vendemos jugos concentrados y naturales sin conservantes en tanques de cinco litros para el sector hotelero, pero tienen que consumirse antes de las 96 horas”, comentó el subdirector técnico productivo.
Según sus propias palabras, la tecnología de punta de la empresa está en los módulos de cultivos protegidos, donde funciona una casa que no emplea suelo en las plantaciones, sino un sustrato compuesto por fibras de coco y minerales, con un sistema de riego hecho por la Empresa Cubana de Automatización Integral (Cedai).
Aunque aparentan estar espléndidas, las casas de cultivo también sufren el embate de las restrictivas medidas del Gobierno estadounidense: los techos, mallas y semillas no abundan, y ninguna de estas tiene sistemas de ventilación. Para aumentar la producción necesitamos más financiamientos, comentó el ingeniero William Verdecia Osorio, jefe del módulo 2.
Limitantes con los yerbicidas
Un tractor, con una chapeadora, corta la yerba que ha crecido más de la cuenta con tantos aguaceros en uno de los campos donde los cítricos se encuentran en fomento. “En los últimos días hemos realizado dos veces esta labor para mantener limpios los sembradíos; y la hilera por donde están las plantas se desbrozan manualmente”, explicó la máster Delkis Campos Martínez, directora de la UEB 24 de Febrero.
“Da mucho trabajo, es una labor constante para que las plantaciones se desarrollen adecuadamente, porque no contamos con yerbicidas suficientes para realizar las atenciones culturales. Antes había plantaciones de 20 y hasta 40 años, pero hoy duran unos 15, y las hacemos con marcos estrechos para obtener más rendimientos”.
Ceiba cojea con todas las limitaciones, pero las esquiva con la audacia de los trabajadores, que siempre inventan soluciones a los problemas y ven un futuro mejor a mediano plazo.
Pregunto si estos comentarios llegan a los niveles que corresponde pues este mismo plan hace unos años era de referencia los cítricos en cuba tienen ceiba jaguey y los pinos y siempre han tenido destino de exportación seguros Porqueno se prioriza favor ar respuesta