Aquello de que las mujeres no entendían de béisbol parece haber quedado atrás. Pero que los poetas no son entusiastas de la pelota todavía permanece en la mente de muchos. Un rotundo mentís a ambas presunciones va en las líneas siguientes, con versos de Odalys Leyva Rosabal, una mujer, poetisa y tunera, justo ahora que la 58 edición de la Serie Nacional de Béisbol hierve en su Gran Final, entre los equipos de Las Tunas y Villa Clara, y los primeros aseguran que van en busca del cetro.
La MSc. Odalys Leyva Rosabal (Jobabo, Las Tunas, 1969), además de poetisa es narradora e investigadora; miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba; presidenta del Grupo Décima al filo, con sede en Guáimaro, Camagüey; miembro del Grupo Ala Décima; y entre sus numerosos reconocimientos literarios cuenta con el Premio Ala Décima 2004 y el Premio Iberoamericano Cucalambé 2008, por su libro Los Césares perdidos. Las presentes décimas han sido improvisadas por ella durante el fragor de la contienda beisbolera, dedicadas al equipo de su terruño natal.
AL EQUIPO DE PELOTA LOS LEÑADORES (Alias los Imparables).
El deporte también es un arte donde se juntan pasión, destreza y dominio.
Por Odalys Leyva Rosabal
Las Tunas gira, voltea,
el pitcher la luz aclama
cuando un pelotero llama
sin temor a la odisea.
Las Tunas crece, batea
y el aire es una eclosión,
existe una trasmisión
en todos los jugadores
¡qué sublimes estertores
surgen en cada jonrón!
ALARCÓN, MUCHA ENERGÍA
Es Alarcón una estrella
de esas que la luz difunde,
no es culpable quien se funde
con la más notable huella.
Su bate fue una centella
que rompió el aire en pedazos,
las lágrimas fueron trazos
sobre aquella arena hirviente
cuando un leñador sonriente
recuperó sus abrazos.
ENTRE EL BRAZO Y LA CINTURA HAY MÚSICA Y ENERGÍA
Danel con alegre danza
adorna cada jonrón
y es que tiene una emoción
que de sus venas avanza.
Se mueve y su baile tranza,
su brazo fuerte procura
dejar una sajadura
de luz en el horizonte;
¡en la ciudad y en el monte
crece su cabalgadura!
HIJO ADOPTADO
Ayala, qué bienvenido
es tu nombre en nuestra casa,
juntas fuego en la argamasa
y hay un bate estremecido.
Campeón que juntas el nido
de Agramonte y de Vicente,
Ayala de sangre hirviente
con la fiereza de Hatuey,
Las Tunas y Camagüey,
aguas de la misma fuente.
A TODO EL EQUIPO
Todo el equipo es metralla:
todo: nuevos estertores;
son los brazos surtidores
y la sangre no desmaya.
Barco que nunca se encalla,
fuego que sube radiante;
un leñador es diamante,
sol del campo que ilumina
un leñador joya fina
para que Las Tunas cante.