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Esos días de diciembre de 1958 en Yaguajay no se sentía el tradicional olor del cerdo asado de esa época del año en Cuba, tampoco el repique de los tambores en los acostumbrados changüíes. El poblado del norte de Las Villas, en la actualidad municipio de la provincia de Sancti Spíritus, se había convertido en escenario de una gran batalla.
Plomo y metralla resonaron durante las 10 últimas jornadas de diciembre, en la resuelta disposición de los combatientes de la Columna # 8 Antonio Maceo, dirigidos por el Comandante Camilo Cienfuegos, de liberar a esa localidad de las fuerzas bastitanas.
Tras la llegada de Camilo a la zona dos meses antes y hacerse realidad la conformación del Frente Norte de Las Villas, los rebeldes lograron liberar varios poblados de esa región, participaron en la toma de El Pedrero junto al Che, habían procurado el apoyo de obreros y campesinos y para ese entonces, ya controlaban una gran porción del territorio norteño.
El 21 diciembre los rebeldes iniciaron el cerco a Yaguajay, y un día después hicieron fuego contra las posiciones enemigas dentro de la localidad para tomar posición de la misma antes de atacar el Escuadrón 31 de la Guardia Rural, arrinconado en el cuartel de las afueras del poblado, pero sin ánimos de rendirse.
Los efectivos militares de la tiranía ofrecieron una tenaz resistencia. El cuartel estaba ubicado en un área despejada, rodeado de alambradas y apoyado por la aviación enemiga, lo que complejizaba el asedio de los combatientes rebeldes.
Ante esas dificultades Camilo decidió llevar adelante una guerra psicológica, donde por medio de altoparlantes exhortaba a los soldados a la rendición e intentó incendiar el cuartel utilizando el Dragón I, un artefacto blindado, con las características de un tanque de guerra, concebido a partir de un buldócer y dotado de un lanzallamas; igual fracaso fue el intento de lanzar locomotoras y vagones ferroviarios con explosivos.
Aunque el cuartel parecía infranqueable la precaria situación de los soldados dentro de los muros se hizo insostenible. Carecían de agua y comida, la enfermería estaba colapsada por la gran cantidad de heridos. Y las fuerzas rebeldes comenzaron a disparar con un mortero y una bazuca enviados por el Che.
En la tarde del 31 de diciembre el jefe de los soldados bastitanos procuró una tregua- había conseguido dos anteriores- pero Camilo le espetó que solo aceptaba la rendición. Cerca de las cinco de la tarde admitió la capitulación.
Culminaba así la victoriosa campaña del Comandante Camilo Cienfuegos en el Frente Norte de Las Villas, y desde ese instante el pueblo comenzó a identificar a Camilo como el Héroe de Yaguajay. Un fin de año de diferente sería aquel de 1958 para los pobladores de ese poblado, que tras 10 días de combate celebraron el junto a Camilo y su tropa el sabor de la libertad.
