Cargando...Ilusión y responsabilidad son dos de los vocablos que mejor ilustran en la actualidad el carácter del balonmano cubano, que en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018 acuñó una actuación digna de reverencia.
Por estas fechas (del 23 al 27 de noviembre) en la capitalina Sala Kid Chocolate se puede apreciar la intensidad, el compromiso y el talento de las cuatro selecciones femeninas involucradas en la IX Liga Nacional.
Con viento a favor navegan hacia la batalla por el título Santiago de Cuba y La Habana, (actual campeón, aunque Matanzas y Holguín bracean en busca de nuevos y mejores puertos.
Varios han sido los objetivos que persigue la lid, uno de los más llamativos ya es realidad. Han retomado el asalto a los podios internacionales, lo cual inyecta necesaria dosis de confianza.
Hasta el momento la carga emocional de los partidos regala escenas fiables y sólidas desde el punto de vista táctico. Con goles de todas las facturas, por los extremos y en acciones de circulación, se nota la capacidad de las atletas para evolucionar y embestir.
También se percibe progreso en otras facetas del juego, como la labor constante en la distribución del balón y la seguridad en las transiciones de ataque a defensa.
Es cierto que pérdidas, errores e inseguridades continúan brotando. Algo natural y positivo si se mira con el prisma de que tales faltas podrán ser desterradas de la rutina de acción, de cara a compromisos de mayor envergadura.
Diversas son las jugadoras que despiertan el interés del público y los especialistas gracias a su mezcla de inteligencia y convicción. Sin embargo, preferimos destacar el calado colectivo, atrincherado en el afán de aprender y en la voluntad competitiva.
La IX Liga Nacional podría ser perfectible. Mejores horarios de juego para poblar el graderío y su desarrollo en una instalación de condiciones superiores realzaría su impacto.
Durante las próximas jornadas el semillero del balonmano, rama femenina, seguirá oxigenándose. Las muchachas son valientes, tienen un plan y lo siguen, gracias al impulso que les inculcan sus técnicos.
El futuro con los pies bien puestos sobre la cancha le pertenecen. Al menos eso es algo de lo que se aprecia por estos días en la Sala Kid Chocolate, en la cual los mejores goles son la ilusión y el compromiso.
