Cuando la visité no podía creerlo. Nunca un médico había entrado a su casa, solo esta cubana lo hizo y ella besa mi mano y dice: tú eres un ángel que llegó a Brasil, relata este jueves la doctora Idania Santiesteban.
Refiere que desde el 2013 atiende a más de tres mil personas en la humilde comunidad Santa María, en las afueras de Brasilia, donde abogan por su permanencia y humanitaria labor.
“Los pacientes no estaban acostumbrados a tener un médico en la zona. Nunca habían tenido uno, solo contaban con una enfermera, técnicos y agentes comunitarios”, detalla a Prensa Latina la experimentada profesional, una de las primeras en arribar a la nación sudamericana para formar parte del programa Más Médicos.
Revela que fue la primera doctora en Santa María, donde la acogieron como una hija, aunque “sentí la diferencia porque muchos procederes clínicos no se podían hacer y hubo además algunos desacuerdos por el idioma”.
Con el tiempo, la también profesora universitaria logra insertarse en “un maravilloso equipo de trabajo que cambia su forma de trabajar, al tener confianza en mí”.
Esa familiaridad se forjó en el actuar diario y superando barreras porque “muchos pacientes eran analfabetos y costaba trabajo comunicarnos, y que se entendiera determinada receta”, precisa.
Al dominar después el escenario sanitario de la zona, la facultativa, oriunda de la provincia Santiago de Cuba, en el oriente de la isla, logra en la comunidad nula mortalidad materno-infantil, disminuye el bajo peso, la gravidez en la adolescencia y el número de casos por sífilis congénita.
Sobre anécdotas que abriga con dolor y amor, relata que tuvo una paciente embarazada con preeclampsia, muchos edemas en las piernas, ganancia de peso y presión alta.
Como de costumbre, añade, la encamine hacia el centro sanitario, pero no la internaron, luego la acompaño y la ingresaron, y cuando parió fui a cumplir la visita domiciliar.
Para mi sorpresa todos los galenos y enfermeras brasileños se quedaron estupefactos porque “nunca un médico en el país visita a su paciente en el hospital”.
A pesar de que Brasil tiene muy bien diseñado su protocolo, indica la doctora, establecí “el programa materno-infantil que se aplica en Cuba y me dio resultado”.
Explica que el médico de la isla “hace una evaluación general de la gestante (…), el brasileño no mira a la cara, el cubano hace muchas preguntas, examina al paciente, se identifica y sensibiliza con sus problemas”.
Por su retorno a la isla, la congoja invade ahora a Santa María, donde piden a gritos que la doctora cubana “fique para sempre (se quede para siempre)”.
La pasada semana Cuba puso fin a su participación en el programa Más Médicos de Brasil por las declaraciones despectivas e inadmisibles condiciones que pretendía imponer el presidente electo Jair Bolsonaro a los profesionales de la isla una vez asumiera el poder en enero.
Desde mi puesto de trabajo hice todo lo que estuvo a mi alcance, apunta Santiesteban y considera que su consultorio se convirtió en un llamado pronto-socorro.
Vaticina que la comunidad no se acostumbrará a su ausencia porque “no tenía horario para atender un pueblo que fue mi familia durante cinco años”.
Siento un gran amor por el prójimo, hice un juramento de salvar vidas. Mis pacientes están por encima de todo y sufro con ellos, subraya la máster en Atención Primaria que pronto retornará a su homérico Santiago.
(Tomado de PL)