Detalles esclarecedores sobre la Política para la Vivienda en el país fueron aportados por directivos del Ministerio de la Construcción vinculados directamente a ese importante asunto
Nada alegra más a la familia cubana que poder contar con una vivienda de cualquier tipología. Sin embargo, junto con la calidad en la ejecución de las obras, la construcción de casas, en las cantidades que se requieren para responder a las necesidades y mejorar el fondo habitacional del país, es una asignatura pendiente de ser aprobada.
Precisamente, por esas razones, el Consejo de Ministros aprobó una política que apunta, sobre todo, a conformar la estrategia para, en un primer momento, detener el deterioro y con posterioridad, materializar la recuperación y lograr una solución definitiva.
Al abordar el tema en un reciente encuentro con dirigentes sindicales, Vivian Rodríguez Salazar, directora general de la Vivienda en el Ministerio de la Construcción (MICONS), explicó que el país cuenta con 3 millones 800 mil casas y el 39 % está en regular o mal estado. Las provincias con ese porcentaje más elevado son La Habana, Santiago de Cuba y Holguín.
Agregó que en la política, el objetivo fundamental está encaminado a resolver el problema habitacional, sobre la base de principios esenciales. Indicó que todo tiene que estar dirigido y controlado y especificó que es un programa integral y debe ir por el camino de lo que legalmente está establecido.
Precisó que resultan fundamentales los planes de ordenamiento territorial. “Ese es el primer paso”, dijo, y argumentó que deben construirse viviendas de todas las tipologías, desde la 1 hasta la 4.
Insistió en que resulta necesario hacer casas en zonas rurales, con tipología 4, o sea, con paredes de tabla y techo de guano. “Hay que crecer en esas áreas para elevar la producción de alimentos y estimular a que la gente quiera vivir en el campo”, afirmó.
Informó que los edificios altos están considerados en planes futuros, sobre todo por la no disponibilidad actual de elevadores y el envejecimiento poblacional.
“Muchos se preguntarán: ¿En un momento con tantas limitaciones financieras se emprenderá un programa de tanta magnitud? Sí, porque está ‘montado’ sobre la base de lo existente, no de lo inexistente”, señaló.
Incorporar todo lo posible
En otra parte del encuentro, Tomás Vázquez Enríquez, jefe del Programa Nacional de Producción Local de Materiales de la Construcción, hizo una amplia explicación del presente y el futuro de tan importante actividad para poder cumplir los propósitos fijados.
“Todo lo que se pueda producir hay que incorporarlo. Siempre descubrimos cosas nuevas. Todos los organismos deben construir viviendas para sus trabajadores”, expresó.
Tras reconocer que a través del tiempo “se han matado buenas ideas”, aseveró que “la política trae cosas frescas y algunas buenas que hemos recuperado”.
En este Programa el hombre es el quien define, expresó. La gran industria requiere de muchos millones de pesos que la economía no puede aportarlos. Existen potencialidades, experiencias e integración de todos los factores y organismos para hacer materiales en los municipios y en los consejos populares, buenos y de manera eficiente, manifestó.
Especificó que la producción ha crecido entre un 7% y un 10%, sobre todo de elementos de pared, bloques, cantos, ladrillos, baldosas… Hay capacidades infinitas, dijo.
Expuso que debe recuperarse las producciones a partir del barro. Se pretende fabricar 70 millones de ladrillos y está proyectada la adquisición de algunos equipos que permitirán mejorar la calidad de ellos.
También argumentó que deben incrementar los techos de bóvedas. “Cuando se hacen bien son fantásticos”. Y citó como ejemplo lo logrado en ese sentido en la provincia de Las Tunas. Ponderó además, la calidad y utilización de la carpintería de hormigón en Nuevitas, Camagüey. Anunció que la perspectiva es contar con una fábrica en cada municipio.
Hoy están seleccionados 423 consejos populares para crear capacidades de producción, de los cuales 275 ya están activados. Está concebido también que seis organismos con más de 100 talleres hagan dispositivos para asegurar las producciones: molinos, moldes, bloqueras, extrusoras, prensas, hormigoneras…
Sobre un tema tan sensible como el de la calidad, afirmó que esta, igualmente, depende de la voluntad y la actitud de los hombres. “Aún queda mucha reserva. Se vende y compra lo que tiene calidad. Deben medirse las ventas físicas y no los valores”, apuntó.
Apuntes
Participan en el Programa: familias necesitadas, organizaciones estatales de la Construcción, cooperativas agropecuarias y no agropecuarias, centros de trabajo con posibilidades y el sistema empresarial del país.
Prioridades para la entrega de viviendas y materiales de la construcción: méritos sociales y laborales, con prioridad para los damnificados de eventos climatológicos y los acreedores de subsidios para células básicas habitacionales, y personas que viven en condiciones precarias y en asentamientos costeros o con necesidades perentorias, y quienes acumulan con mayor tiempo en albergues.
Tecnologías y materiales a utilizar: sistemas Gran Panel, Sandino y Forsa; bloques, ladrillos, mampuesto y madera en diferentes alternativas, incluyendo la tabla de palma.
Valor de la vivienda: no será subsidiado por el Estado. El beneficiario lo asumirá con tantas mensualidades como sean necesarias, a partir del ingreso per cápita del núcleo familiar.
Minindustrias: existen en 168 municipios del país.
Producciones: El 80 % se destina al encargo estatal para la construcción de viviendas y el 20 %restante, al desarrollo social de las localidades.
Propósito: producir 50 mil viviendas anuales con el aporte de los consejos populares.
Acerca del autor
Graduado de Profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara, Cuba (1979). Ha laborado en la Revista Juventud Técnica, semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, periódicos Escambray, CINCO de Septiembre y Granma. Desde el año 2007 es corresponsal de Trabajadores en la provincia de Cienfuegos. Está especializado en temas económicos y agropecuarios. En 1999 acompañó en funciones periodísticas a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a Honduras después del paso del huracán Mitch. Publicó el libro Verdades sin puerto (Editorial cubana MECENAS). Ha estado en otras tres ocasiones en esa nación centroamericana, en funciones periodísticas, impartiendo conferencias a estudiantes universitarios, asesorando medios de comunicación e impartiendo cursos-talleres sobre actualización periodística a periodistas y comunicadores. Multipremiado en premios y concursos internacionales, nacionales y provinciales de Periodismo. Fue merecedor del Premio Provincial Periodístico Manuel Hurtado del Valle (Cienfuegos) por la Obra de la Vida – 2012. Le fue conferido el Sello de Laureado, otorgado por el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC). Mantiene evaluación profesional de Excepcional.