Las actas del Ayuntamiento de La Habana a lo largo de casi cuatro siglos recibieron este jueves en el Museo de la Ciudad su inscripción en el registro nacional del programa Memoria del Mundo que impulsa la Unesco, justo cuando la más importante urbe cubana está a las puertas de cumplir medio milenio de fundada.
Al destacar la trascendencia de lo que calificó como “valioso tesoro documental”, la doctora Nuria Gregori, presidenta del comité nacional del proyecto Memoria del Mundo, resaltó que la colección revela el significativo papel desempeñado por La Habana en las relaciones comerciales, económicas y culturales entre las principales urbes del continente americano y con las metrópolis europeas.
Las actas del cabildo habanero son documentos originales, únicos, y los más antiguos de origen cubano que se atesoran en el Archivo Histórico de la Oficina del Historiador de la Ciudad en 273 libros que abarcan desde 1550 hasta 1898, resaltó Gregori, quien anunció la aprobación del expediente para inscribir también la colección en el registro regional del programa de la Unesco.
Oscar León González, presidente de la Comisión Cubana de la Unesco, oficializó el registro nacional de este importante fondo que se suma a otras 23 colecciones que ya figuran en el proyecto creado por la Unesco en 1992, entre los cuales resaltan documentos originales de José Martí, Ernesto Che Guevara, la Constitución de Jimaguayú, el noticiero y los carteles del Icaic, entre otros.
Pocas naciones en el mundo tienen el privilegio de contar con una tan copiosa información desde el siglo XVI, enfatizó el funcionario de la Unesco, al apuntar la importancia de tales documentos para acciones prácticas como la restauración de inmuebles y la ejecución de obras en plazas y sitios con valor patrimonial y cultural.
Eusebio Leal Spengler, historiador de la Ciudad, agradeció la labor de mujeres y hombres que durante décadas han laborado en los archivos para la conservación de las actas del Ayuntamiento habanero, e hizo un recorrido por algunos de los principales hitos de la urbe y sus valiosos legajos.
Apuntó que no están claras las causas por las cuales desapareció toda la documentación de las autoridades coloniales anterior a 1550, hecho que algunos historiadores atribuyen a los asaltos y quemas de la ciudad por piratas y corsarios.
También abundó sobre los orígenes de La Habana, los presuntos emplazamientos anteriores y la fijación de su fecha de fundación en 1519, fruto de sus investigaciones a partir de la tradición oral, para lo cual aún no existen pruebas documentales que quizás alguna vez aparezcan en el Archivo de Indias, en España.
Las actas capitulares son el tesoro y la razón de ser de la Oficina del Historiador de la Ciudad, admitió Leal Spengler, quien recordó a su antecesor, el doctor Emilio Roig de Leuchsenring, responsable de salvar aquellos fondos en la década del 20 del siglo pasado cuando el dictador Gerardo Machado los sacó del palacio de gobierno y envió a las húmedas bodegas del Castillo de la Fuerza.
“¿Qué nos hacemos sin la memoria?”, se preguntó el doctor Eusebio, quien al concluir el acto exhortó terminante: “Cuidemos los papeles de Cuba, es muy importante”.