En la Casa del Alba Cultural, representantes de países de varios continentes reiteraron que el terrorismo es inaceptable en todas sus formas y manifestaciones.
En el acto, organizado por la embajada de Guyana, el intelectual cubano Ricardo Alarcón calificó de monstruoso el atentado del 6 de octubre de 1976 contra la aeronave DC-8, de Cubana de Aviación.
De acuerdo con Alarcón, particular repudio merece el hecho de que los autores intelectuales del crimen, Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, recibieran amparo en Estados Unidos.
Sucesivos gobiernos les dieron hospitalidad generosa, pese a que desde muy temprano fueron identificados como los responsables, agregó.
Asimismo, señaló que en el sabotaje, en el cual perdieron la vida 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos, estuvieron implicadas agencias de inteligencia norteamericanas.
Alarcón agradeció los esfuerzos de Trinidad y Tobago y Barbados para esclarecer lo ocurrido.
Fue un acto horrendo que afectó a toda la familia cubana y que no debería quedar impune, y que aún se recuerda cotidianamente en reuniones de amigos y entre familia. La muerte del equipo juvenil de esgrima que regresaban victorioso de una competencia regional en Venezuela pereció en su totalidad, además de los restantes ocupantes del fatídico vuelo. Muy atinada la convocatoria de la Embajada de Guyana y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. Hubo masividad en la conmemoración. Hay sucesos que no se pueden olvidar, aunque querramos. esa acción jamás el pueblo de Cuba, el mayoritario que permanece en la Isla, perdonará a los culpables de tan horrendo acto de terror.