La soberanía industrial de Cuba se vio amenazada por el naciente bloqueo estadounidense, la solución estaba en potenciar producciones propias: una vez más era seleccionado el Che para llevar adelante lo casi imposible.
Fue un Ministro de Industrias sui géneris: argentino, vestido de verde olivo, con grados de Comandante, médico de profesión, no obstante emprendió el proyecto con la misma audacia con que antes, el siempre guerrillero, había experimentado ser bancario, diplomático…
Tres ciudades: Santa Clara, Caibarién y Sagua la Grande fueron las escogidas para impulsar la industrialización en el centro del país. Favorecieron la decisión la posición geográfica, que beneficia el tránsito hacia ambas direcciones de la isla, la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas con la escuela de tecnología, la fuerza de trabajo de los ingenios azucareros y la tradición fabril de algunas urbes.
Surgen así la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (Inpud) Primero de Mayo, la empresa Planta Mecánica Fabric Aguilar, la fábrica de bujías Neftalí Martínez , de Sagua la Grande y la de bicicletas Heriberto Mederos , de Caibarién.
Siempre llegó a cada una de estas fábricas por sus talleres, dándoles la mano a los trabajadores o queriendo hacer las labores que ellos realizaban, así se le evoca aún.
El jalón de la industrialización
Guevara aseguró que Planta Mecánica era la antorcha de la industrialización en el país, “uno de los jalones más importantes de la primera etapa”. En Bujías, precisó en las ventajas de la tecnología y alertó en la necesidad de dominar esa técnica. En la Inpud puntualizó en la preparación de la fuerza laboral y en el orgullo de fabricar artículos para suplir necesidades importantes de la población. En la fábrica de bicicletas Heriberto Mederos, de Caibarién, vislumbró la necesidad de la interacción entre entidades. Esa era la cuarta industria que se inauguraba, se consolida así el gran “jalón” que anunció.
Los trabajadores recuerdan al Ministro
Días antes de la inauguración de Planta Mecánica, el 3 de mayo de 1964, Arsenio Iglesias tuvo la sorpresa de su vida. Estaba concentrado forjando cuando alguien le toca en el hombro: “Era el Che. Todos quedamos sorprendidos. Me pregunta qué hacía, le explico que una herramienta para manipular las piezas en el horno y me pide forjarla juntos.
“No lo pensé, busqué un par de guantes, comenzamos a fraguarla para un lado y para otro. Tenía sus manos entre las mías, han pasado décadas, pero siento la fuerza con que las aprisionaba haciendo aquella herramienta, es un recuerdo inolvidable”.
Arsenio ha comentado que posteriormente el Che habló de la importancia de crear sus propios instrumentos de trabajo, de los retos que tenía la empresa en la industrialización del país, del futuro de Planta Mecánica, entidad que se convirtió en “fábrica de fábricas”.
Cuentan que el domingo 17 de mayo del mismo año, el Che apareció por una entrada no oficial a la fábrica Bujías Neftalí Martínez, de Sagua la Grande. Recorrió el taller de tornos automáticos, conversó con los operarios sobre las ventajas de la tecnología y la necesidad de dominar esa técnica, se interesó por el proceso en el laboratorio de masilla, llegó también hasta las áreas de calidad y prensas.
En esta última dialogó con Ángela Martín, una trabajadora que le llamaban la Gallega, a quien le dijo: “¿Es verdad que tú eres vanguardia?, déjame probar para ver si lo eres”. Narran que se sentó en el puesto de la obrera y no pudo maniobrar la máquina. Dicen también que con la ironía fina de su personalidad le comentaría: “¡Es verdad que eres vanguardia!”
Su conversación sobrepasó la jarana. Se interesó por la norma, los detalles del proceso, la calidad, la disciplina laboral, dio indicaciones para mantener la fábrica limpia y embellecida.
En la Inpud, el 24 de julio de 1964, repetiría lo que hacía en cada lugar: llegar casi incógnito. Entró por la parte trasera, donde se había organizado el acto inaugural y conversó con los que encontró al paso. Quienes asistieron a la inauguración aseguran que fue bajo una pertinaz lluvia. No obstante, el Che dio indicaciones concretas, argumentó que la inversión había costado al Gobierno Revolucionario más de 14 millones de pesos y expuso detalles de su proyección.
Habló de la preparación de la fuerza laboral captada de jóvenes trabajadores de varios sectores, en especial de los ingenios de la antigua provincia de Las Villas, quienes se formaron como obreros calificados luego de una capacitación técnica con especialistas del entonces campo socialista.
Miguel Montero Betancourt e Iván Rosales Gómez, fueron dos de aquellos novatos. “El Che explicó que el nombre que llevaría la industria era una fecha que debía honrarse: el Día Internacional de los Trabajadores, explicó Miguel. Iván recordó que un día se reunió con los jóvenes estudiantes y futuros obreros para hablarles de lo que representaría la Inpud, y la necesidad de prepararse bien para dar respuesta a las producciones que se avecinaban. Se trataba de refrigeradores, ollas de presión y cocinas de gas. “Nos dijo que en los peldaños de la escalera quedarían algunos, y al final perdurarían los mejores, pero que la escalera no terminaba ahí, sino que era mucho más larga, y así fue”, aclaró. “Esa era la fuerza laboral que manejaría la maquinaria en la Planta de Moldes y Troqueles, la primera en iniciar las labores, tenía la misión de abastecer la Inpud de herramentales”, añadió Miguel.
El Comandante Ernesto Che Guevara al inaugurar la fábrica de bicicletas Heriberto Mederos de Caibarién, el 19 de julio de 1964, deja concluido un ciclo de cuatro empresas que serían un paso importante para la consolidación de la industrialización cubana. Según han memorizado sus fundadores ese día reconoció algunos problemas de la planta, como por ejemplo, la inadecuada estrategia en la ubicación de esta en Caibarién, pues, según él, debió haberse establecido en Sagua la Grande, territorio con tradición de ese medio de transporte en Cuba. Francisco Echemendía Cárdenas, quien era conocido como Paquito, confesó varias veces que el Che aquel día estaba inquieto, fue aplaudido casi interminablemente, sin incluso, haber comenzado a hablar.
Especificó en varias ocasiones que aquellos ciclos eran muy bonitos y fuertes, y que el Che consideró hacer las piezas de repuestos en Cuba, en colaboración con otras fábricas que ya se iban inaugurando, para desarrollar nuestra industria mecánica.
Dichas empresas han diversificado sus producciones. Planta Mecánica, destinada
a piezas para centrales azucareros, se amplió a otras líneas como el petróleo,
la eléctrica, la construcción, y se opera en esta una importante reconversión
tecnológica. En Bujías, además de las conocidas Taíno y Prisma, se elaboran mangueras
de freno para autos ligeros e hidráulicas con destino a equipos agrícolas y realizan
producciones especiales como accesorios para los equipos que se utilizan en la
campaña antivectorial. La Inpud es la industria de la familia cubana, allí se
confeccionan entre otros, refrigeradores, cafeteras, ventiladores,
cocinas, moldes y troqueles. La Heriberto Mederos ha intervenido en la
producción de diversos tipos de mobiliarios, así como ventanas y puertas.