El presidente cubano Miguel Díaz-Canel intervino en la Cumbre por la Paz Nelson Mandela, en el contexto del segmento de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas
Por: Amalia Ramos Ivisate y Ariadna A. Pérez
Cuba se honra al recordar que compartió las luchas de Mandela
Cuba se honra al recordar que compartió las luchas de Mandela, en la primera línea de combate, junto con sus hermanos africanos de Angola y de Namibia, dijo el presidente cubano Miguel Díaz-Canel al intervenir en la Cumbre por la Paz Nelson Mandela, en el contexto del segmento de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Hace menos de 30 años —señaló— el entrañable Madiba era un preso político en las cárceles del apartheid, confinado de por vida, a causa de su noble lucha por la justicia y la igualdad entre todos los hombres y mujeres de Sudáfrica, donde una minoría blanca sometía a la mayoría negra al escarnio de la segregación.
No olvidamos que durante los oscuros años del apartheid y aún mucho tiempo después de ser elegido Presidente, a Mandela y a los más brillantes y honestos luchadores africanos, los mantuvieron en listas de presuntos terroristas, recalcó.
El Primer Secretario de nuestro Partido, General de Ejército Raúl Castro Ruz, calificó a Mandela como “un profeta de la unidad, la reconciliación y la paz” y el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, lo definió como ejemplo de “hombre absolutamente íntegro (…), inconmoviblemente firme, valiente, heroico, sereno, inteligente, capaz…” Así mismo recuerda el pueblo cubano a Nelson Mandela.
Díaz-Canel valoró como alarmantes los recientes anuncios del aumento del gasto militar en Estados Unidos, que lanzará al mundo a una nueva carrera armamentista, en detrimento de los ingentes recursos que se necesitan para construir un mundo de paz.
«No puede haber desarrollo sin paz y estabilidad, ni paz y estabilidad sin desarrollo. No puede haber paz y seguridad para pueblos con altos niveles de pobreza, con hambre crónica y malnutrición, insalubridad y escaso acceso al agua potable, analfabetismo, altos índices de mortalidad infantil, muertes por enfermedades prevenibles y baja esperanza de vida».
Para lograr un mundo en el que impere la paz y la solución pacífica de los conflictos, urge atender las causas raigales que los generan, dijo. «Los millones de excluidos por el injusto orden económico internacional, los desplazados, los hambrientos, los que huyen de las guerras y de la falta de oportunidades hacia los territorios de la abundancia levantada con el saqueo de nuestros pueblos, son víctimas de una segregación silenciosa y silenciada».
Mucho queda aún por conquistar para hacer realidad los sueños de Mandela. El único tributo digno a la memoria de Mandela es impulsar el desarrollo de las naciones en desventaja. Actos más que palabras. Cooperación, no intervención. Solidaridad, no saqueo.
Más adelante el mandatario cubano recordó los lazos de sangre que unen a la nación caribeña y África. «La herencia cultural del continente africano en la idiosincrasia de los cubanos es innegable. La cultura y los mejores valores de sus pueblos nutrieron al nuestro. Nos inspiraron su valentía, nobleza, sabiduría y capacidad de resistencia».
También destacó que la colaboración con los pueblos del continente africano se ha mantenido por más de 50 años como una prioridad de la política exterior de la Revolución cubana.
La paz internacional permanece amenazada por la filosofía de la dominación, sentenció. Por ello hacemos nuestras las palabras de Mandela cuando dijo: “Nosotros también queremos ser dueños de nuestro propio destino”.
Díaz-Canel exhortó a trabajar por el futuro de paz que corresponde por derecho a los pueblos y a honrar de verdad al inolvidable Mandela, a quien el líder histórico de la Revolución cubana calificara como “Un Apóstol de la Paz”.
Mandela fue un ciudadano del mundo
Al intervenir en la Cumbre de Paz Nelson Mandela de la Asamblea General, António Guterres, el titular de Naciones Unidas aseguró que Madiba fue un ciudadano del mundo, cuyo legado y obra ejemplar debe guiar a todos en cualquier lugar del planeta.
Mandela fue uno de los líderes más importantes de la humanidad pues representaba los valores más destacados de la ONU. Defendía la idea de una sociedad democrática y libre en la que todos convivieran en igualdad y armonía, esa era una causa fundamental para él, recordó Guterres.
En 2018, cuando se cumplen 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, debemos construir un mundo coherente con ese documento, como pidió Mandela en varias ocasiones a la Asamblea General de la ONU, expresó. Debemos enfrentarnos, dijo, a aquellos que nos amenazan y hacerlo con la seguridad, la valentía y la fuerza que tenía Mandela, esa es la única forma de construir un mundo pacífico y próspero.
Por su parte, María Fernanda Espinosa, la primera latinoamericana en presidir la Asamblea General de la ONU, también destacó la extraordinaria herencia de Mandela, quien —consideró— encarna la paz, la solidaridad, la cooperación y el respeto a los seres humanos.
Mandela se negó a aceptar las injusticias de su tiempo, expuso, y señaló que la amenaza de la proliferación de armas químicas y biológicas todavía acecha al mundo. Este escenario desolador constituye una seria amenaza a la paz y la seguridad que debemos enfrentar y resolver juntos. El mundo necesita un nuevo contrato social, subrayó.
La declaración de la paz Nelson Mandela representa un relanzamiento de nuestro compromiso por la paz, aseguró.
Durante el plenario inaugural también intervino el presidente de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, quien reafirmó el compromiso de su continente con la defensa de los ideales pacíficos y de tolerancia promovidos por el legendario luchador antiapartheid.
Mahamat resaltó la necesidad de “trabajar juntos para asegurar la paz en África, como parte del esfuerzo para silenciar las armas en el continente”.
La lucha por la erradicación de los enfrentamientos entre nosotros mismos, por llevar a nuestras sociedades hacia el crecimiento, alejados de principios de exclusión y marginalidad, será el mejor homenaje que rindamos hoy y siempre a Madiba, puntualizó el alto funcionario.
Mandela fue un ciudadano global, una luz de esperanza para el mundo, recalcó.
A pesar de nuestra adversidad y las diferencias de raza, color, religión y credo, podemos colectivamente hacer del mundo un lugar mejor, si elegimos hacerlo, concluyó Mahamat.
El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, agradeció el entusiasmo mostrado por la comunidad internacional en ocasión del centenario del natalicio del legendario luchador.
Al develar en la sede de la ONU una estatua de Mandela, Ramaphosa dijo que el primer presidente negro de Sudáfrica es reverenciado en su país como padre fundador de la democracia, “cuya vida, sacrificios y contribución extraordinaria a la liberación continúa inspirando a generaciones sucesivas”.
Mandela fue un firme creyente de que las Naciones Unidas era el instrumento más efectivo y valioso para promover la paz, el desarrollo y la igualdad a la que aspira la humanidad.
Esperamos que esta estatua recuerde permanentemente a la comunidad internacional la dedicación de Mandela a la misión de la ONU y una afirmación constante del compromiso de Sudáfrica a alcanzar un mejor mundo para todos, añadió.
En la primera hora también hicieron uso de la palabra Leo Varadkar, primer ministro de Irlanda; y Graca Machel, Persona Eminente, fundadora junto a Mandela de The Elders (Los Mayores).
Más tarde, el mandatario ecuatoriano Lenín Moreno reconoció que “la paz mundial todavía es una tarea pendiente, no podemos descansar”. Por eso, aseveró que la mejor arma es sentarse y hablar.
“Gracias Maestro de la paz, porque de usted aprendimos que la tarea no es liberar a los oprimidos, sino a los opresores”, añadió.
Asimismo, el presidente colombiano, Iván Duque, indicó que su país encuentra inspiración en los ideales de Mandela: el liderazgo de Madiba fue único.
Esta cumbre de paz es una oportunidad para transmitirle a las nuevas generaciones lo que su vida simbolizó: la lucha constante para que ningún ser humano fuera amo de otro, ni que ningún ser humano fuera esclavo de otro, significó.
Otro de los alocutores fue el presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, quien aseguró que un mundo con menos armas es una condición para la paz global. En este contexto reafirmamos nuestro compromiso firme con el multilateralismo, la paz global y el respeto por los derechos humanos, agregó.
El jefe de estado y de gobierno de la República de Ghana, Nana Akufo-Addo, también indicó que “nos compete hacer realidad su sueño de convivir en un mundo pacífico, tenemos que mantener vivo el legado de Madiba y su fe en el potencial sin límite del ser humano para hacer el bien”.
Paul Kagame, el presidente de Ruanda, resaltó que Mandela era un líder de verdad y un buen comunicador. Siempre hizo lo correcto, aun cuando no era la decisión más popular.
Redoblar los esfuerzos para lograr la paz
Este lunes 24 de septiembre se celebra, en el contexto del segmento de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Cumbre por la Paz Nelson Mandela, de la cual se espera emerja una Declaración Política que será aprobada por los más de cien mandatarios presentes en la cita.
El documento comenzó a gestarse en diciembre del 2017, al anunciarse la plenaria en honor al centenario del nacimiento del primer presidente de Sudáfrica, quien se convirtió en un ícono mundial por su lucha por la democracia y la igualdad.
Entre las propuestas del texto figura la declaratoria de la venidera década como el «Decenio de Paz de Nelson Mandela». Convoca a los líderes mundiales a «hacer posible lo imposible» y a «redoblar los esfuerzos para lograr la paz y la seguridad internacionales, el desarrollo y los derechos humanos».
Entre los oradores anunciados para esta jornada se encuentra el presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien recordará los estrechos vínculos que unieron al líder mundial con la Mayor de las Antillas.
Nelson Mandela (1918-2013) recibió el premio Nobel de la Paz en 1993. Al año siguiente, durante la visita que hiciera el líder cubano Fidel Castro Ruz en Sudáfrica, reconoció: “Soy un hombre leal y jamás olvidaré que en los momentos más sombríos de nuestra patria, en la lucha contra el apartheid, Fidel Castro estuvo a nuestro lado”. Mandela permaneció en prisión 27 años. En 1991, apenas unos meses después de haber sido liberado, constató personalmente la admiración que por él sentía el pueblo de Cuba y su lider histórico, Fidel.
Sobre sus ansias de justicia para el mundo, Mandela dijo: “He soñado con un ideal de una sociedad democrática y libre en la que todas las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero vivir y lograr. Pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir”. (Yimel Díaz Malmierca)