Joel García, enviado especial
Bakú.— Los deportes están repletos de ídolos y cada vez que nace uno es como un nuevo aire para respirar que le dan a sus seguidores, especialistas y al público en general. Este 20 de septiembre el judo confirmó esa dicha. Su nombre, Daria Bilodid, de Ucrania, nada menos que la campeona mundial más joven en la historia de este deporte.
La historia bien contada tendría que empezar por el inicio, no por el título del orbe, en la categoría mayores, conseguido en la Sala Deportiva Nacional de Gimnástica de esta ciudad, sino desde que irrumpiera en los tatamis internaciones, dígase competencias de cadetes, tres años atrás, en las cuales se coronó también titular europea y universal en agosto del 2015, en Sarajevo.
No vale deleitarse con tantos números en una joven carrera, aunque tan solo basta decir que de los 92 combates registrados por la Federación Internacional de Judo en su joven carrera, solo ha perdido cuatro, el último de ellos el 27 de agosto del 2017, en octavos de final del campeonato mundial de mayores del pasado año ante la kazaja Otgontsetseg Galbadrakh.
Desde esa fecha hasta su coronación como niña maravilla de los ippones ha hilvanado 30 triunfos en línea y se ha elevado en lo más alto del podio en los cuatro poderosos torneos en que ha participado este año: Grand Prix de Túnez (enero), Grand Slam de París (febrero), Grand Slam de Dusseldorf (marzo) y Grand Prix de Zagreb (julio).
Por eso al verla en el Hotel Moderno de Bakú, donde se aloja junto a la delegación cubana y otras tantas, la primera reacción de este periodista (y de muchos que no la conocían personalmente) fue disfrutar de una cara angelical, pero talento de campeona, cual vástago feliz de su padre, Gennady Bilodid, bronce mundial en los 73 kilogramos en El Cairo 2005, y con quien aprendió las primeras técnicas de este arte marcial.
De brazos menudos, pero fuertes; sonrisa adolescente y carácter jovial, Daria impresiona por hacer fácil los ippones que a otros ni siquiera les salen por más que lo entrenen. Parece no agitarse en los combates y con una estatura gigante para esa división comienza a tejer una historia que pudiera ser tan o más grande que cualquiera de las judocas que han prestigiado este deporte.
Con 17 años y 345 días adelantó la marca que tenía Ryoko Tani cuando se hizo monarca mundial en Hamilton 1993. “Es increíble, es como mi regalo de cumpleaños”, fue la primera expresión que le salió en la conferencia de prensa a Bilodid tras el éxito ante la japonesa Funa Tonaki en la final de este jueves. En apenas 20 días, el 10 de octubre, sus padres, el deporte ucraniano y sus amigos tendrás más motivos para el arribo a sus 18 años.
Como no podía dejar pasar la oportunidad de al menos una declaración especial y dado mi desconocimiento del idioma ruso, la encontré en el lobby del hotel cargada de flores, su medalla y los lógicos bultos de la competencia. Auxiliado de un inglés comunicacional solo le pregunté si soñaba con ser la mejor del mundo a su edad.
“Estoy contenta de haber ganado el oro. Desde que inició la temporada de judo el objetivo era ser la mejor del mundo. Lo quería. Me gusta ganar y gané». Por supuesto, la transcripción no es lineal, pero a esta niña sensación del judo mundial es imposible no rendirle pleitesía desde el periodismo y desde la emoción.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.