“Fidel nos dio más que la tierra, nos dio dignidad, por eso estamos hoy reunidos para opinar sobre el Proyecto de Constitución de la República de Cuba”, dijo Reydenis González Céspedes, presidente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Calixto Sarduy Arcia, y agradeció la oportunidad dada a esta organización campesina de celebrar la primera asamblea de consulta en el municipio de Las Tunas.
El propio Reydenis propuso llevar al Título IV: Derechos, deberes y garantías, lo tratado en el artículo 31, del Título II: Fundamentos económicos, que refiere: “El trabajo es un valor primordial de nuestra sociedad. Constituye un deber, un derecho y un motivo de honor de todas las personas en condiciones de trabajar. Es, además, la fuente principal de ingresos que sustenta la realización de los proyectos individuales, colectivos y sociales”.
Y, sugirió, definir el trabajo como una obligación de todos los ciudadanos aptos para contribuir a la construcción de la sociedad próspera y sostenible a la que aspiramos los cubanos.
Sobre el documento, que el pueblo analizará hasta el 15 de noviembre, Juan Cabrales, uno de los socios de la CPA, expresó que como ciudadano considera que este debate tendrá como resultado una constitución revolucionaria, progresista y continuadora del Programa del Moncada, y ajustada plenamente al concepto de Revolución formulado por el líder histórico de la Revolución cubana.
Diversos fueron los criterios emitidos en torno al artículo 68, Capítulo III: Derechos sociales, económicos y culturales, que refiere: “El matrimonio es la unión voluntariamente concertada entre dos personas con aptitud legal para ello, a fin de hacer vida en común”; que da igualdad de derechos a la unión matrimonial entre personas del mismo sexo.
A Juan Carlos Driggs le parece oportuno respetar la decisión personal al respecto, pero pidió adicionar la negación de la posibilidad de adoptar a menores de edad a quienes opten por ese tipo de unión conyugal.
Al respecto, la usufructuaria Ernestina Cano refirió las exageradas manifestaciones de algunas personas homosexuales en la actualidad y se preguntó cómo serían las cosas una vez constitucionalmente refrendada, por lo que insistió en la necesidad de analizar en profundidad el asunto.
Aunque el proyecto tiene como esencia que no quede un principio constitucional sin una ley que lo respalde, muchas de las intervenciones reflejaron inconformidades con incumplimientos reiterados de normas jurídicas que responden a la actual Constitución, y se pronunciaron por la exigencia y el respeto a la Ley, tanto por las instituciones encargadas de velar por esta como por la ciudadanía.