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Por Dayán García La O, enviado especial de BOHEMIA
Barranquilla, Colombia.- Al empezar la ronda de disparos Laina Pérez y Jorge Grau, integrantes del equipo mixto cubano, parecían estatuas vivientes. Su humanidad solo era delatada por el movimiento de sus manos hacia la posición de tiro y por la vista que se aguzaba en busca del mejor objetivo.
Vestían pulóver blanco y pantalón azul, este último Laina lo llevaba remangado por encima de la rodilla. También usaban viseras color cielo. La instalación parecía pequeña para la cantidad de personas que fueron a presenciar la discusión de las medallas.
Cuba había dominado con facilidad la etapa clasificatoria. “Pero la final es otra historia”, como nos dijo Laina cuando llegamos. Cinco equipos comenzaron la hora decisiva: Puerto Rico, Colombia, Cuba, El Salvador y México. Al concluir la primera ronda el dueto de Grau y Laina marchaba en el cuarto escaño, después de esto sumaron esfuerzos y certezas para no abandonar la punta de la competición.
Con la parsimonia propia de los atletas que se dedican a esta actividad, Grau siempre era el último en concluir con su serie de disparos, incluso creo que se demoraba mucho con el brazo extendido antes de apretar el gatillo. “Ese es su ritmo, así se siente cómodo”, me comentó un entrenador. La muchacha, dueña de los ojos más expresivos que he visto en mi vida, conversaba con ella misma, se daba confianza, se decía que sí se podía.
Un disparo tras otro para llegar a la ronda de eliminaciones. El equipo de las cuatro letras tenía más de tres puntos de ventaja en la cima, no había nada decidido pero la familia del tiro, los periodistas y los dirigentes que se encontraban en la instalación tenían más que esperanzas. Últimos disparos con una ventaja considerable. Laina fue la primera en acomodarse, sin respirar, como apneísta fuera del agua, se oyó el chasquido del percutor, en la pantalla se reflejó un 9,5 que arrancó aplausos. Grau se tomó todo su tiempo, no pasaba nada más en el local, todos expectantes, otra vez la espera fue prolongada y parecía que se le iba a caer la pistola en algún momento. Chasquido y alegría: 10.5.
Resultado: Cuba concluyó con 471.0 unidades, inalcanzables para El Salvador (465.1). En el tercer puesto se ubicó Puerto Rico (398.8), tras protagonizar una remontada espectacular que dejó a los anfitriones colombianos fuera del podio.
Se abrazaron, Pérez sonreía y Jorge parecía no enterarse. “Tengo el mejor compañero del mundo”, comentó la chica minutos después de la celebración. “Uno siempre piensa en la técnica, en conseguir una buena actuación individual y en que tu compañero haga lo mismo.
“Siempre busco el máximo de concentración, hablo conmigo misma, me doy aliento para que las cosas me vayan bien en cada disparo, reflexiono sobre lo que estoy haciendo, intento que los estímulos externos no me disocien”, agregó la matancera.
Grau, ganador de su tercera medalla de oro en estos Juegos, explicó que en una competencia en dúo nunca mira la puntuación de su compañera. “Me preocupo por hacerlo bien. El público hace lo suyo, intenta desestabilizar con sus gritos, por eso hay que aislarse, meterse en un mundo interior. Ahora me queda la pistola estándar que haré equipo con Leuris Pupo y Jorge Félix Álvarez, para mí será un honor competir junto a ellos y pueden esperar lo mejor de nosotros”.
El tiro cubano archiva hasta el momento 18 preseas en Barranquilla, con seis títulos, ocho medallas de plata y cuatro de bronce. Además de la jornada de este sábado, restan otras tres fechas, con acción para tiradores como el campeón olímpico Pupo y Jorge Félix, recientemente bronceado en la Copa del Mundo de Munich.
