Por años fueron afectados por robos. Producían, y luego malhechores deshacían todo esfuerzo y se apoderaban de las producciones. Pero había que parar, como cuenta Enoibis Mora Fabré, quien desde hace casi 20 años labora en la UEB Empresa de Derivados del Acero, Metalúrgica Camagüey Gonzalo Esteban Lugo.
“Nunca he sacado la cuenta, pero deben haber sido unos cuantos pesos que perdimos por cuenta de los robos”, asegura Enoibis.
Lo que sucedía en la entidad “no se podía aguantar más”, por lo que directivos, dirigentes sindicales y trabajadores se dieron a la tarea de instaurar un control riguroso de los recursos materiales.
Cambios necesarios
La fábrica, inaugurada por el Che en febrero de 1963, no contaba con un buen cercado, las producciones estaban en un vaivén y lo que hacían era sustraído ilegalmente.
“Tanto robo provocó que tuviéramos muy mala imagen; por eso era necesario un cambio y diseñamos una batalla sin cuartel al delito, porque hay que dignificar el nombre del Che, ya que él fundó la fábrica.
“Lo primero que hicimos fue intercambiar con la comunidad y con los trabajadores, incrementar las personas en la guardia obrera, hacer activos con el Ministerio del Interior”, cuenta Olga Tarrio Cisneros, contadora y dirigente sindical de la factoría.
Y es que la organización obrera, así como la dirección, se dieron a la tarea de transformar y eliminar la cantidad de delitos y en los últimos años ya el cambio se nota.
“Los niveles de producción han aumentado en los últimos 5 años y para este las condiciones son buenas para cumplir las casi mil 600 toneladas del plan”, aseveró Antonio Morales Mesa, director de la UEB.
“Claro todo se logra porque hemos ganado en disciplina laboral y en organización de todos los factores – explica el directivo–. Entre las iniciativas establecimos que una vez terminadas las elaboraciones se trasladen a lugares seguros; las medidas de protección de la materia prima o de los productos terminados se les explica a los trabajadores, para que ayuden también.
“Además cada sección sindical analiza los hechos que sucedan, ya que las 17 áreas de la entidad cuentan con comisiones contra el delito y además, se da información sobre cómo marcha el plan y la llegada de materia prima. Así el personal ha ganado en conciencia y contribuye a la protección de recursos”.
Con conciencia
Para Enoibis, quien es la secretaria de la sección sindical de la parte de electrodos, poder ver que sea menor “la lucha” es un alivio. “Que no roben es algo bueno porque ese es mi trabajo. Esta también es mi casa, y eso me molestaba, y es lo que hemos inculcado en la secciones sindicales”.
Y es que como el robo también sucedía desde adentro, era necesario crear conciencia y motivar a los trabajadores a cuidar lo suyo. Cuenta Olga Tarrio que una de las cuestiones que ayudó a mostrar hoy otra fábrica fue el hecho de que aumentara el salario.
“Las nuevas resoluciones de sistemas de pagos nos ayudaron a mejorar y hoy el salario promedio es de 700 pesos. También se organizó mejor el trabajo hombre a hombre, la atención y se conversa mucho con el trabajador en las asambleas, en los matutinos, y hasta en el pasillo”.
Hoy son un colectivo integrado, reconocido como centro XXI Congreso de la CTC y la lucha de todos es por producir más y con seguridad.