Por Roberto M. López de Vivigo
Francia y Uruguay inauguraron los cuartos de final con un partido disputado en el que los europeos siempre estuvieron más cómodos sobre la cancha. El marcador resultó favorable para Les Bleus 2-0 y los sudamericanos buscaron la victoria con más ganas que fútbol.
La Garra Charrúa quedó golpeada antes de salir al Nizhni Novgrod, pues uno de sus pilares, Edison Cavani, sería baja, lo que ponía en evidencia una de las debilidades del conjunto, el banquillo. Los del Viejo Continente si contaban con todas sus estrellas y Kylian Mbappé y Antoine Griezmann resultaron decisivos en el triunfo.
El primer gol del cotejo llegó al 39, tan cerca del descanso tuvo también efecto psicológico. A balón parado, Griezmann centró desde la derecha y Rafael Varane, defensa de testa efectiva, pudo con la marca de Christian Stuani y la peinó hacia adentro del arco. Inmediatamente después, como si no hubiera pasado nada en la pizarra, Uruguay tuvo el empate también de cabeza gracias a Martín Cáceres, pero Hugo Lloris atajó.
A partir de ahí, el partido parecía para cualquiera de los dos, más apareció Fernando Muslera, de esos cancerberos grandes que a veces parecen chiquitos. Griezmann disparó fuerte, de frente, y con un ligero efecto que no pudo atajar el portero del Galatasaray, quien la rozó. Para la mayoría un error craso.
Si bien Uruguay no se rindió nunca, ni la entrada del Cebolla Rodríguez y Maxi Gómez cambiaron el marcador, frente a una Francia muy bien plantada sobre el césped. Ahora América espera que Brasil sea mejor que Bélgica, de los contrario el Mundial se convertirá en Eurocopa.
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Estudiante de Periodismo.