Por Fabio M. Quintero Pérez, estudiante de Periodismo
El público en pleno abuchea en el estadio Luzhniki. Los equipos no atacan. Parece que juegan en cámara lenta. Ninguno quiere hacerse daño. Los jugadores apenas luchan balones. Ya están pensando en el partido de octavos de final.
Francia y Dinamarca protagonizaron el primer cero a cero de Rusia 2018 en el partido de cierre del grupo C. En un choque en extremo aburrido, Les Bleus aseguraron el liderato de la llave y la dinamita roja su clasificación.
Pasó muy poco en 90 minutos en el Olímpico de Moscú. Predominaba la calma. La dinámica de los dos combinados hizo pensar, por momentos, en pacto previo entre Directores Técnicos. ¿Improbable en mundiales? A preguntarle a Deschamps y a Hareide.
A pesar de que el encuentro entre Australia y Perú se realizó al unísono, el gol tempranero de los incas aseguraba el pase a la siguiente ronda a los daneses por lo que no se emplearon a fondo.
Mientras, los galos con el pase en el bolsillo desde la jornada anterior, hicieron de inicio rotaciones en su once. Mandanda entró en el arco. Kimpembe y Siribe en la defensa y Nzonzi, Dembele y Lemar en el medio campo. Todo el plantel jugó a media máquina
El encuentro arrancó con los franceses dominando la esférica. Lucas Hernández era el único enchufado por los mediterráneos. Sus internadas a velocidad por la izquierda era lo único de peligro para la valla de Kasper Smeichel. En el minuto 16 se combinó con Olivier Giroud y el delantero del Chelsea sacó un disparo suave y aglobado difícil para el golero danés. La pelota terminó en el córner.
Asimismo, un remate de Dembele fuera del área y una contra a velocidad de Antoine Griezmann en el final de la etapa inicial fueron las otras acciones de peligro gala en los primeros 45 minutos.
Los escandinavos por su parte, tuvieron en una jugada dentro del área de Branwhite – hoy titular por el suspendido Yussuf Poulsen- una clara en los compases iniciales. Además, un desborde de Andreas Cornelius en el 29 pudo terminar en peligro.
Tras ser habilitado por Thomas Delaney, el hombre del Atalanta llegó a línea final por el carril derecho y tiró un centro raso hacia Christian Eriksen. El mago del Tottenham no pudo conectar la esférica y cayó en el área. Los vikingos pidieron penal. El principal Sandro Ricci no pitó nada. El VAR en silencio.
En silencio también se quedó el videoarbitraje en otra jugada polémica. Esta vez en el área escandinava. Un centro de Lemar pegó en la mano del defensor Mathias Jorgensen;
Si en el primer tiempo hubo algunas escaramuzas que animaron la gradería, el complementario fue un somnífero para los hinchas. Lucas Hernández “por atacar demasiado” fue sustituido por Benjamin Mendy los 5 minutos.
Eriksen y Griezman desaparecidos. Mundial flojo hasta ahora para las estrellas de cada uno de los conjuntos. Aunque tienen un gol per cápita, no pesan en la dinámica de sus onces. No están con la mecha prendida. Un cobro alejado del 10 vikingo de tiro libre fue la mejor para los peninsulares en toda la segunda parte. Mandanda dio al rebote al centro del área pequeña. Casi cuesta la apertura del marcador.
En cambio, cuando el principito del Atlético de Madrid fue cambiado por Nabil Fekir (por tercer choque consecutivo) vino lo mejor para los galos. El talentoso mediapunta del Lyon entró animado y de zurda inquietó dos veces la cabaña del hijo de Peter, hoy en la grada junto a Lothar Matthaus.
Ya en el ocaso del juego y con el público desesperado por los toques estériles de los dos combinados, los jóvenes Mbappe y Casper Dolberg ingresaron en el verde de Luzhniki. Tenían más ganas que el resto de sus compañeros; pero Francia y Dinamarca estaban decididos a besarse en el campo. No ha jugar futbol.
Luego de este choque interesante a priori y decepcionante en el césped Francia y Dinamarca siguen dejando dudas en su accionar. En octavos los escandinavos deben cruzarse con los croatas en duelo donde los balcánicos salen como favoritos. Por otra parte se avizora Francia enfrente a Argentina o a Nigeria en la próxima ronda