Jorge cada vez que puede pasa por ahí. Guarda parte del dinero que le dan sus padres, o le pide a los abuelos, para poder asistir por varias horas los fines de semana al Paseo tecnológico de Camagüey; ese es su momento preferido.
Tiene apenas 9 años, pero ya sabe que jugar es su vicio/pasión. Al punto, dicen sus padres, de considerarlo su otra casa. No obstante, Carlos, que tiene la misma edad de Jorge, y el mismo apasionamiento por los juegos en computadoras, no sabía que existía un lugar como este donde puedes jugar, comer y conectarte.
Oasis tecnológico
La sociedad cubana vive desde hace algún tiempo un proceso de informatización, que avanza, y pretende acercar las tecnologías a los hogares, así como promover el uso adecuado de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Algo que se patentizó en febrero de 2017 con la aprobación de la política para la informatización de la sociedad, la cual exige la participación de numerosos organismos en un plan que cuenta con 21 proyectos de alcance general y otros que cimientan las bases para continuar el desarrollo tecnológico nacional, según explicó el viceministro de Comunicaciones Wilfredo González, en una entrevista con CubaSí.
Camagüey no escapa a esta realidad y se consolida en la misión de incorporar las TIC a centros recreativos y de servicios, para ofertarlos con un valor agregado. Además transforman los mismos en espacios más funcionales y atractivos, que contribuyen a elevar la cultura informática.
Fue así que nació el Paseo Tecnológico, segundo parque temático computarizado de este territorio, después del Bosque Tecnológico, hace alrededor de un año. Ubicado en la céntrica arteria República, el recinto propone una galería expositiva, un área con modernos equipos de computación, y gastronomía ligera para la familia.
“El área de juego es la más popular – explica Yanelis Nápoles Hernández, administradora– y la que más visitan los niños. Sus padres vienen a conectarse y los dejan jugando, con total confianza porque es sano, tranquilo”.
Para Juan Manuel Ortiz Balbuena, jefe de brigada, además de la lógica atracción hacia los simuladores de conducción, de tiro, los juegos en redes, el secreto de que guste a los camagüeyanos está en el buen servicio que allí ofertan: un buen trato y una sonrisa; “por eso es que mucha gente de la que viene lo vuelve hacer.
“Al principio teníamos muchas dudas. Hay otros lugares, no iguales, pero que ofertaban servicios parecidos y pensábamos que no se comercializaría la unidad. Todavía nos falta, queremos ampliarnos, incorporar más juegos y computadoras para ganar más adeptos. Este es un espacio que le hacía falta a la ciudad porque hay muchos establecimientos de gastronomía, pero no había uno que se especializara en tecnología”.
Ir más allá
Cuando abrieron muchos pensaron que sería nada más un área para jugar, por eso los trabajadores del Paseo han diseñado un plan de acción para ir más allá.
“No queremos que nos vean como algo orientado al juego, por eso fomentamos que vengan empresas a hacer eventos, estudiantes a realizar trabajos. Además proyectamos unos videos cortos sobre la ciudad, su arquitectura, el patrimonio, sobre artistas de la plástica y sobre la vida de Ignacio Agramonte de conjunto con la Universidad de Camagüey, para también educar culturalmente”, señala Nápoles Hernández.
Como proyecto tienen pensado ampliar para mejorar las ofertas, así como ganar en equipos que contribuyan a la realización de trabajos escolares y de eventos de todo tipo.
Queda mucho. Pero a un año de trabajo el Paseo ha crecido, ha ganado adeptos y se ha entronado como un botón de muestra sobre cómo acercar a los ciudadanos la modernidad, sobre cómo ofertar servicios tecnológicos con calidad.