La contribución de sus más de 79 mil afiliados en el país a la actualización del modelo económico cubano, en sus respectivas entidades, es el tema principal que debaten por estos días los economistas y contadores como parte del proceso previo a su VIII Congreso, por realizarse en La Habana en el mes de junio del próximo año.
Así lo dio a conocer la diputada al Parlamento y presidenta de la ANEC en Las Tunas, Teresa González Barea, en ocasión del lanzamiento de la convocatoria, hecha pública el 14 de junio, al trascendental encuentro, que coincidirá con el aniversario 40 de la organización.
Desde el pasado día 15 y hasta el 15 de octubre, tendrán lugar las asambleas en las 235 secciones de base de este territorio, en las que sus más de 3 mil 600 miembros tendrán la oportunidad de trazar pautas y atemperar sus actuaciones a la actual coyuntura.
González Barea explicó que entre otros asuntos, la membresía dedicará especial atención a los resultados de los principales indicadores económicos; la situación de la contabilidad; la gestión de los inventarios, con énfasis en los productos ociosos y de lento movimiento; y, el uso racional del combustible y los portadores energéticos.
Dijo que los análisis estarán centrados, además, en los sistemas de control interno, como herramienta en el enfrentamiento a las ilegalidades, la corrupción, el delito y las indisciplinas sociales; el estado de las cuentas por cobrar y pagar; eficiencia de las inversiones; sistemas de pago, incluidos los pagos sin respaldo productivo; y la sustitución de importaciones y el desarrollo de rubros exportables.
Abundó que para atender con eficiencia esas y otras prioridades de la economía nacional es necesario fortalecer el funcionamiento orgánico de las secciones de base, por lo que también estas cuestiones estarán en el centro de los análisis.
De lo que se trata, afirmó, es de continuar acompañando a la Revolución y su justo proyecto social con acciones que redunden en mayor eficiencia económica y el mejor uso de los recursos disponibles como garantía de desarrollo sostenible, en lo que mucho pueden contribuir —y están contribuyendo— los economistas y contadores cubanos.