Raúl Abreu Martín, estudiante de Periodismo
Hace 20 años, Francia levantaba la Copa del Mundo como local. Una gran generación que comandaba un joven Zinedine Zidane derrotaba a Brasil contundemente: 3-0. Hoy, son un conjunto de jóvenes estrellas que buscará emular la actuación de 1998.
Uno de los arqueros más seguros y experimentados, Hugo Lloris, junto a una de las mejores parejas de centrales, la conformada por Varane y Umtiti; son la base defensiva de una selección muy completa en todas sus líneas.
Matuidi y Pogba intentarán destruir la creación del juego rival, pero también aseguran tenencia del balón. La verdadera fortaleza de esta selección es la delantera, una de las más jóvenes, talentosas y veloces del Mundial.
Griezmann, Dembelé y Mbappé meten miedo. Cruzan el campo a gran velocidad y tienen facilidad para la creación de oportunidades, pero también calidad y olfato de cara al gol. De su acierto dependerá en buena parte el éxito de Francia en los campos de Rusia 2018.
Es un equipo favorito, porque puede encerrar al rival, pero también tiene facilidades para ir al contragolpe en velocidad. El dominio de ambas facetas del juego es clave en un torneo así, donde hay equipos de diferentes estilos. Francia puede usar los dos, atacar y defender, para después salir en velocidad.