Raúl Abreu Martín, estudiante de Periodismo
Brasil siempre tiene que estar entre los favoritos. Después de ser eliminados por Holanda en el 2010, y humillados por Alemania en el 2014, algo cambió en la Canarinha. Ese cambio se llama Tite. El nuevo entrenador ha regresado a las bases de una selección que nunca debió perder la sonrisa a la hora de jugar.
Brasil tiene dos preocupaciones: el lateral derecho y el tobillo de Neymar. Lo demás está bastante definido desde hace tiempo. Ederson o Alisson Becker defenderán el arco, tras su gran campaña en Europa. Thiago Silva y Miranda son dos murallas. Marcelo es un delantero más, pero no debe descuidar la defensa, que es su principal tarea.
Casemiro y Paulinho son dos todocampistas. Recuperan, distribuyen el balón y van de área a área. La fantasía la garantiza Coutinho, junto con Willian, Douglas Costa y el recién recuperado Neymar. La posición de delantero quedaría para Roberto Firmino o Gabriel Jesus, uno más asociativo, el otro más goleador.
El lateral derecho genera dudas por la lesión de Dani Alves. Con casi total seguridad será Danilo, compañero de Ederson en el City. Es un buen jugador, pero débil en defensa. Brasil puede sufrir por esa banda si Paulinho o Casemiro no apoyan en tareas defensivas por ese sector.
El tobillo de Neymar no ve actividad dentro de las canchas desde hace casi cinco meses, producto de una lesión. De cómo ha evolucionado dependerá en gran parte la suerte de Brasil en el torneo. Sin Neymar, son un gran equipo. Con él, son favoritos a ganar.
Cada vez falta menos. Veremos si Brasil regresa a la senda del triunfo y levanta la sexta copa. Talento tiene.