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La situación actual de los trabajadores en Perú, los despidos masivos y el desamparo a sus derechos laborales y humanos, fueron algunos de los temas expuestos por directivos del sindicato Luz y Fuerza, afiliado a la Confederación General de Trabajadores del Perú, durante el encuentro sostenido con algunos de los representantes de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) que integran la delegación de la isla a la VIII Cumbre de las Américas.
Los sindicalistas peruanos hicieron referencia a la falta de voluntad política de los gobiernos de su país para proteger a los trabajadores, lo que ha convertido a la lucha por la libertad de negociación colectiva en uno de sus principales frentes de lucha pues ella garantizaría un mínimo de legalidad a las conquistas laborales del movimiento obrero a lo largo de su historia.
Luz y Fuerza, se define como “una organización sindical clasista de ámbito nacional que afilia a sindicatos de trabajadores de la industria eléctrica del país, ejerciendo la defensa de sus derechos laborales, sociales, económicos, culturales y medioambientales, conforme a la legislación nacional e internacional en materia de sindicación”.
En los últimos meses la organización gremial ha denunciado la política implementada por el Grupo DistriLuz, creado en 2011, luego de la caída del régimen de Alberto Fujimori. Pues a pesar de haber devuelto al Estado las empresas eléctricas del norte y centro del país, privatizadas por el fujimorista grupo Gloria, continuó la misma política laboral de su precedente y ha suprimido importantes beneficios a cambio de no continuar con el proceso de reducción de personal.
Entre los derechos arrebatados que Distriluz se niega a restituir, se encuentran “la asignación vacacional, la gratuidad limitada de energía eléctrica, el horario de trabajo de 40 horas semanales y la entrega de la ropa de trabajo de calidad para el personal técnico”, asegura la página web del sindicato.
Explican además que se han “tercerizado” prácticamente todas las actividades de la empresa — operación y mantenimiento de sub estaciones y centrales de generación hidráulica, mantenimiento de redes de media y baja tensión, así como otras actividades de carácter permanente—, lo cual perjudica los salarios y regímenes laborales.
María de los Ángeles Cordero Tamayo, secretaria general de la CTC en Santiago de Cuba, ratificó la solidaridad de la organización que ella representa con la lucha de los obreros peruanos y sus dirigentes sindicales. Agradeció el respaldo que, como parte de la Cumbre de los Pueblos, han brindado los sindicatos y organizaciones del país a la delegación cubana en Lima.
Enumeró los logros alcanzados por la Revolución Cubana en materia de protección a los derechos de los trabajadores y el rol de estos en la toma de decisiones, teniendo en cuenta que son los dueños de los principales medios de producción. Mencionó además el derecho de la CTC a defender las conquistas del sistema social, una de las razones por las cuales dirigentes sindicales y del movimiento obrero del país acudieron a Lima como parte de la “verdadera sociedad civil” antillana.
Los representantes de la CTC ante el Foro de la Sociedad Civil y los Actores Sociales de la VIII Cumbre de las Américas se han reunido además con miembros de la delegación bolivariana de Venezuela, así como sindicalistas de Puerto Rico y de otras naciones que han acudido al llamado de la Cumbre de los Pueblos.
Este evento paralelo a la Cumbre de las Américas ha previsto para este jueves una Jornada Nacional de Protesta Antimperialista entre cuyos propósitos está “condenar todo intento de invasión militar del imperialismo gringo que lidera Donald Trump” a la hermana República Bolivariana de Venezuela y respaldar a su pueblo y Gobiernos.
