El reclamo a la inmensa mayoría de los gobiernos americanos para que adopten políticas sociales más incluyentes, respeten la cosmovisión de los pueblos originarios y defiendan la soberanía e independencia nacionales, sobresale entre los propósitos de las sesiones de debate.
Igualmente, los asistentes a esos dos foros y a la Cumbre de los Pueblos, que se inaugura un poco más tarde este mismo 10 de abril, lanzarán mensajes inequívocos de denuncia a los planes hegemónicos de Estados Unidos, en particular la pretensión de revitalizar la infausta Doctrina Monroe.
Según explicó a Prensa Latina Bernado Dolmos, miembro de la Juventud del Partido Comunista Patria Roja, de Perú, los eventos previos a la cita de mandatarios serán una oportunidad que debe aprovecharse para alzar y hacer valer la voz de millones de americanos silenciados por los círculos de poder.
Para David Hernández, estudiante peruano de Derecho, en las tribunas de la Sociedad Civil se debe dejar claro la solidaridad con la Revolución Bolivariana de Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro, a quien el gobierno peruano retiró la invitación para asistir a la cumbre hemisférica.
Una de las posiciones invariables de los actores sociales y miembros de la sociedad civil americana es defender a Venezuela y condenar la exclusión de Maduro a todas las actividades de la cumbre, exigir el cese de la injerencia estadounidense en algunos Estados del área y articular estrategias.
En el primero de los cinco días de maratónicos eventos asociados a la VIII cumbre los representantes de los gobiernos se concentrarán en la agenda de la reunión de coordinadores nacionales del denominado Grupo de Revisión e Implementación de Cumbres, un mecanismo adscrito a la OEA.
De acuerdo con el programa oficial, el miércoles proseguirán las discusiones de la Sociedad Civil y comenzarán el V Foro de Jóvenes de las Américas junto con el III Encuentro de la Red de Parlamento Abierto de ParlAméricas.
Fuentes del comité organizador de la cumbre oficial indicaron que hasta el lunes al menos 30 estados habían confirmado su participación en la cita hemisférica, aunque prevalece la incertidumbre respecto al número de naciones representadas al máximo nivel.