En 80 asentamientos humanos o ciudades de Cuba ya culminó la informatización de sus medidas y cartografía, como parte de la creación del catastro urbano, una herramienta indispensable para el ordenamiento territorial, el urbanismo, la inscripción de los inmuebles y el sistema tributario.
Así lo informó el ingeniero Ramón Nodal Jorge, del Instituto de Planificación Física (TPF), durante la XVII Convención y Feria Internacional Informática 2018. La meta fijada para la terminación del catastro urbano del país es el año 2021, el cual debe abarcar 611 asentamientos, 84 mil manzanas y 178 mil hectáreas, con un estimado superior a los 3 millones 885 mil inmuebles.
Desde el 2014 y hasta el cierre del pasado año el catastro urbano completó el procesamiento de más de 24 mil hectáreas, con labores en 146 asentamientos, lo cual representa el 24 % del total. La mayor complejidad del catastro urbano, de acuerdo con el ingeniero Nodal Jorge, será el completamiento de La Habana, la capital cubana, donde hasta el momento solo están informatizadas las medidas y la cartografía del municipio de Plaza de la Revolución.
La intención es brindar el servicio de catastro dondequiera que haya una manzana concluida, explicó Nodal Jorge, quien hizo referencia al Sistema de Información Geográfico donde se registra toda esa labor de levantamiento catastral, a cargo de la empresa Geocuba.
El completamiento del catastro urbano permitirá además determinar el valor catastral a partir de los valores de la superficie del suelo y de las construcciones, lo que ya constituye un elemento de referencia para los acuerdos de inversión extranjera, y en un futuro facilitaría la aplicación de impuestos vinculados a la propiedad, tal y como establece el actual sistema tributario cubano.
La tarea está actualmente en fase de desarrollo, por lo que aún son limitadas las estadísticas de la edificabilidad existente y de sus tendencias de evolución, valoró el experto del IPF, aunque ponderó la capacidad disponible para realizar levantamientos informativos individualizados para ciudades o zonas específicas.
Con esta labor el Estado cubano no solamente da respuesta a los lineamientos de la política económica y social que trazó el Partido Comunista de Cuba, sino también a la Nueva Agenda Urbana aprobada por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III).
Esta herramienta sirve de base informativa, entre otros propósitos, para ordenamiento inmobiliario y la inscripción de esos bienes en el Registro de la Propiedad, la planificación económica de las zonas rurales y urbanas, y las informaciones estadísticas y balance sobre el uso y tenencia de la tierra y su inscripción registral.
Otros objetivos prácticos del catastro es facilitar trámites de la población que demanden medidas y linderos, así como la realización de los censos de población y viviendas, y para brindar el servicio de denominación de las vías y numeración de los inmuebles.
La creación del catastro nacional comenzó en 1976 y concluyó en 1992 con la representación gráfica mediante mapas de todas las parcelas de cada poseedor con sus usos correspondientes, pero esta labor no contenía los datos catastrales de los inmuebles de las áreas urbanas, aunque brindaba la superficie total de los asentamientos humanos del país.