Gades hizo de la danza española un estilo universal. Considerado uno de los representantes más completos de su género, interpretó como solo los grandes saben hacerlo Bodas de Sangre, Fuente ovejuna, Carmen, Fuego, Don Juan, entre otras destacadas obras.
Con el propósito de inculcar en los jóvenes cubanos el legado de esta prestigiosa figura, la fundación que lleva su nombre, auspiciada por el Ministerio de Cultura de España, realizó recientemente una serie de talleres de baile español, en la sede del Ballet Español de Cuba (BEC), a cargo de la profesora y coreógrafa Stella Arauzo, donde estuvo presente Eugenia Eiriz, viuda del célebre bailarín, y el guitarrista Antonio Solera.
“Cuando hago una obra —decía Gades— me quedo vacío de conocimientos y tengo que enriquecerme de nuevo”. Ese tal vez fue el secreto de su éxito, entregarse por completo a su oficio, además del talento y la entrega que profesó hasta el último de sus días.
“La danza no está en el paso, sino lo que hay entre paso y paso”, puntualizó Arauzo en un encuentro con la prensa. Detrás de la música, de los gestos, del zapateo reside la verdadera esencia de este arte: el brío con que el bailarín cautive al público.
En un segundo momento la maestra Karelia Cadavit, fundadora del proyecto socio cultural A Compás Flamenco en el municipio de Centro Habana, el cual acoge a pequeños desde temprana edad, comentó sobre las principales acciones a lo largo de estos 15 años.
Por último, Eduardo Veitía, director del BEC, informó sobre las próximas funciones de la compañía, los días 17, 18 y 19 de febrero en el Gran Teatro de La Habana.