La contratación de nuestros deportistas en los últimos cuatro años ha pasado de un aprendizaje inicial con no pocas irregularidades a una apropiación de conocimientos, leyes y capacidad de negociar que asombra a muchas contrapartes, pues lo principal que ponemos sobre la mesa no son los ingresos económicos del atleta, sino su salud, los derechos que tendrá, la evolución técnica y su pertenencia a su nación natal, por solo citar algunos de los acápites más relevantes.
Sin embargo, en un tema tan escabroso y desconocido para nosotros en su real dimensión por mucho tiempo, hay ejemplos de que todavía todo no es color de rosa. Incluso, cuando así parezca, habrá necesidad de actualización constante, pues hay conceptos mercantiles cada vez más crecientes en el deporte mundial, que cambian al ser humano por monedas con la misma facilidad que se rasga una hoja de papel.
En Cuba aún es posible acortar los tiempos para estudiar las propuestas y dar respuestas a quienes se interesan por una contratación con nombres y apellidos. Eso da seriedad, prestigio y evita que perdamos una buena inserción en la liga o equipo que más pudiera aportarle al jugador.
Urge también que crezca la agresividad de las federaciones nacionales para llevar a los atletas de más perspectivas y con mejores resultados a escuadras internacionales de mayor nivel. Voleibolistas, peloteros y baloncestistas han mostrado enormes talento y envidiable preparación física y técnica, de ahí que poco a poco sean estos atributos los primeros a la hora de sentarnos a conversar sobre un contrato.
Asimismo en las rúbricas de los documentos cada vez hay que velar más por los derechos de imagen y comunicación del deportista, pues eso hoy genera un porciento elevadísimo de los ingresos en grandes figuras mundiales. Sería muy amargo que los nuestros reciban migajas de una tajada tan grande como la de los patrocinios o publicidad.
Por supuesto, promover la formación de especialistas desde la rama del derecho, el marketing u otras afines para crecer el departamento jurídico del organismo debe ser una prioridad a corto plazo, pues hablamos de un personal que ha negociado ya millones de dólares sin recibir ni siquiera un porciento de la transacción como sucede con los intermediarios de estos casos en el mundo.
Hemos centrado el análisis en lo alcanzado hacia el exterior, pero el orden hacia dentro también ha llevado el establecimiento de contratos para quienes juegan en equipos nacionales o participan en las series nacionales de béisbol, por poner dos ejemplos. Ahí también hay telas para cortar, pero será abordado en una próxima polémica.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.