Quizás la caída de la barra fija con seis años sea, paradójicamente, lo que más recuerde y festeje por estos días Carlos Alberto Tabares Padilla. Gracias a eso volvió a jugar cuatro esquinas con sus amigos del barrio, llegó a un terreno de béisbol vestido de azul en 1992, se convirtió en capitán del equipo más amado en la pelota cubana, reservó fildeos de lince para la historia en el jardín central y finalmente tendrá una despedida del deporte activo en un estadio Latinoamericano que puede corear de memoria su nombre.
Este 9 de enero —fijado para su retiro en el primer partido semifinal contra Las Tunas— tendrá tiempo también de contarles a todos que comenzó jugando tercera y short stop hasta que un roletazo le jugó una mala pasada y lo golpeó en la frente. No faltarán con seguridad las palabras de agradecimiento y admiración por el center field que idolatraba desde niño: Javier Méndez, aunque la explosividad de Víctor Mesa sobre un terreno le impresionaba sobremanera.
El dueño de seis títulos con Industriales (1992, 1996, 2003, 2004, 2006 y 2010) no dejará de portar el 56 en un día tan memorable, un número que lo acompañó por un cuarto de siglo en los campos de Cuba y el mundo, y que curiosamente llegó a su vida por una camiseta regalada como consuelo tras su eliminación de una preselección juvenil nacional. Antes había vestido el 17, 1 y el 16.
Marianense. Sonriente. Natural. Transparente. Habilidoso. Amigo. Amante del dominó. Padre de Karla, Lorena y Carlos Enrique. Bailador. Familiar. Fidelista. Líder. De todo eso pudieran escribirse decenas de crónicas. Y en ninguna habrá exageración para uno de los peloteros que más autógrafos, enseñanzas y consejos han regalado con su ejemplo a los peloteros del 2030.
Imprescindibles serán los abrazos de sus hermanos-azules Rudy Reyes y Alexander Malleta, que por más de tres lustros lo han acompañado en aventuras felices y jornadas amargas. Tabares tratará de no poncharse en el minuto del adiós cuando piense en su padre-guía, Alfredo Tabares Verdura, fallecido mientras él peleaba el noveno cetro de Industriales en nuestros clásicos.
El batazo robado con maldad a los árbitros y a Australia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 será otra de las joyas preciadas de su carrera deportiva para disfrutar una y otra vez a través de las imágenes televisivas; como también sus 222 robos de almohadillas, los 1 956 hits, los 102 jonrones, los toques de bola perfectos o las conexiones oportunas para decidir un juego bajo la premisa martiana aprendida con otro Carlos, el de La Colmenita, “antes de lo que conviene hacer, está siempre lo que se debe hacer”.
Este habanero dejó en innumerables ocasiones la piel en el terreno, como inmortalizó en una frase antes de partir al I Clásico Mundial. Para verlo debutar en el Estadio del Cerro fue apenas su familia y una novia que confiaba ciegamente en su talento. Para despedirlo del cajón de bateo —nunca del béisbol— irán miles de industrialistas convencidos de que son ellos hoy su gran familia y su novia más prolongada en el tiempo.
Un aplauso para Tabares será poco. Tabares merece un Latino repleto, una noche de alegría, tal y como él las regaló con su guante, su bate, sus fildeos, su sonrisa, su amor a la pelota.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
Gracias Carlos, o mejor, «TABARES», como te conocemos los de a pié. Gracias por tanta Gloria y tan buenos momentos. Gracias por tu ejemplo, sencillez y entrega. El «Latino» y muchos otros estadios de Cuba y del mundo seguro tienen parte de tu piel dejada tras memorables fildeos y jugadas espectaculares o decisivas. ¡Enhorabuena CAMPEÓN!
Mi hermano aunque seas el mas pequeño de los hermanos, fuistes, eres y seras un ejemplo a seguir de disciplina entrega y pasion por la profesion.
NO ESTOY DE ACUERDO EN QUE EL RETIRO SEA EN LAS TUNAS Y QUE SU PUEBLO DE LA CAPITAL NO ESTÉ PRESENTE
Saludos cordiales: Recuerdo una vez que le pregunté a un amigo que era árbitro de las Ligas de Desarrollo que si veía algún pelotero con condiciones para imponerse en la Serie Nacional y me dijo: «Hay un negrito de la capital que se llama Carlos Tabares que va a dar mucho que hacer». ¿Estaba claro o se quedó corto? Gracias por todo lo que nos distes Carlos Alberto Tabares Padilla, el eterno #56 azul. Afectos
Tu eres d elos grandes Tabares…!!!
peloterazo. ojalá le hagan una despedida como merece y se abarrote el Latino. Exitos en el futuro.
TABARES NUNCA SERAS OLVIDADO EN LA PELOTA CUBANA. TE VAS CON LA FRENTE ALTA Y LOS APLAUSOS DE TU PUEBLO QUE TE QUIERE. MUCHAS FELICIDADES EN TU VIDA FUTURA.
Será un día especial para Carlitos, como le digo pues somos amigos desde hace tiempo. Estará de seguro muy presente el recuerdo de su padre, lo veremos sonreir con lágrimas en los ojos pues es muy sentimental, lo aplaudiremos hasta el delirio pues se lo ha ganado con sacrificio, se ha sobrepuesto a todo en un mundo complejo como lo es el beisbol en Cuba y ha demostrado que si se puede ser un grande si uno es disciplinado y entregado a lo que cree. No faltaremos los amigos, los miles de admiradores y hasta los detractores o contrarios que siempre lo han respetado por su seriedad, su entrega y su incondicional amor a esos diamantes de los que nunca se despedirá. Gracias Carlos Alberto Tabares Padilla, el lince giraldillo, por todos y cada uno de los momentos que nos regalaste.