Sin agua no existiría la vida, y esta sería poco grata de no asegurar el Gobierno, como lo ha hecho en casi seis decenios, el avance del programa hidráulico del país.
Por eso, una vez más, fue buena la noticia de que el Parlamento aprobara en la Ley del Presupuesto para el 2018, un financiamiento cercano a los 500 millones de pesos, en aras de que el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) cumpla con su encargo estatal, sustentado en la Ley de Aguas Terrestres, suscrita en julio último.
Ese monto, que significa más de lo asignado en el año precedente, tiene entre sus fines seguir mejorando los servicios de abasto de agua potable y de saneamiento, la instalación de hidrómetros, de plantas desalinizadoras y potabilizadoras, de tratamiento de residuales, declaró en exclusiva a Trabajadores la ingeniera Inés María Chapman Waugh, presidenta del organismo.
A pesar de atrasos por situaciones objetivas, este año terminamos casi 280 kilómetros de redes y más de 200 kilómetros de conductoras, y concluimos 168 obras, de estas 133 con valor de uso, de lo cual se han beneficiado más de 1 millón 624 mil personas por mejoras en los servicios de abasto, y 168 mil por los relacionados con el saneamiento, fundamentalmente en La Habana, Santiago de Cuba y Camagüey.
¿Se mantiene el plan de rehabilitación de redes y conductoras?
Sí. Al igual que el de mantenimiento de presas y la construcción y rehabilitación de lagunas de oxidación.
Cesaron los momentos tensos provocados por la sequía. ¿Cuál es la situación actual en la disponibilidad de agua?
Antes del Irma los embalses solo alcanzaban un 40 % de su capacidad y ahora es el 83 por ciento. Hay provincias con mejor situación que otras y por eso más de 60 presas están vertiendo. Cerramos el año con buena captación de agua.
¿Desde cuándo no teníamos tales resultados?
Desde hace más de una década Irma trajo beneficios en pluviosidad y durante octubre y noviembre siguió lloviendo en algunas zonas, principalmente de provincias orientales, que por ende se recuperaron. Tal es el caso de Santiago de Cuba, cuyos embalses están por encima del 70 % de su posibilidad de llenado. Sobre todo es muy beneficioso el acumulado de los que abastecen a la ciudad capital.
En general se crece en más de 300 millones de metros cúbicos, lo cual garantiza disponibilidad de agua para el 2018 con destino a la población, la agricultura, la industria y los demás objetivos económicos.
¿Con mayores reservas de agua en qué lugar queda el ahorro?
Sigue siendo prioridad. Ahora que existe el recurso es cuando debemos preservarlo y emplearlo de manera eficiente. Con la Política del Agua y la Ley de Aguas Terrestres y su reglamento aprobados tenemos que hacerlos cumplir.
El INRH está en fase de elaboración de directivas de obligatorio cumplimiento para el ahorro del agua.
Un impedimento en el ahorro efectivo de agua es la limitación financiera para adquirir en el exterior los hidrómetros o metros contadores. ¿Qué tiene previsto el organismo?
En el segundo semestre del próximo año debemos contar con el primer lote de esos equipos producidos en Cuba. Reanudamos su elaboración con la industria nacional empleando una tecnología de punta. Eso nos permitirá avanzar en el metraje y hacer sostenible este programa.
¿Qué otros planes mantendrán prioridad en el 2018?
El de construcción de plantas desalinizadoras, la mejor alternativa para lugares aislados y ante posibles fenómenos de sequía.
Asimismo el de edificación y reparación de plantas potabilizadoras, con vistas a mejorar la calidad del agua y el tratamiento de residuales, con la mirada puesta en la necesidad de reusar ese preciado líquido en la industria, y el riego agrícola y de áreas verdes como en los campos de golf, un programa con perspectivas de notable ascenso, a partir de los crecimientos previstos en instalaciones turísticas y su infraestructura.
Sin embargo, el saneamiento sigue retrasado…
Se han acometido algunas acciones puntuales, que solo representan un 20 % de lo acordado. En La Habana, por ejemplo, trabajamos en el área de la Tribuna Antimperialista y en el municipio de La Lisa, mientras, para el 2018 se sumarán varias zonas de Playa. También están planificadas obras en otros territorios como en Holguín y Santiago de Cuba.
Pero debe haber un aumento en los próximos cinco años. El organismo presentó un proyecto para adquirir financiamiento externo dirigido a elevar el nivel de ejecución de ese tipo de obra sin detener las de abasto. Sería tecnología de avanzada, como equipos de excavación que hacen las zanjas por debajo de las calles, lo cual nos libra de romperlas.
La ejecución de obras de alcantarillado y saneamiento resultan más costosas. Las excavaciones son a cinco o siete metros de profundidad, por debajo de las conductoras de agua potable y si al menos evitamos cortar las vías no solo ganamos en eficiencia sino además, evitamos molestias a la población.
El mantenimiento cobra más relevancia
Sí. Lo priorizamos como principal fuente de solución a los problemas de la infraestructura actual en todo el país. Una muestra es que al cierre de octubre habíamos ejecutado más de 185 millones de pesos en esta actividad, el 114 % de lo previsto hasta la fecha. Los principales gastos se destinaron a acciones de acueducto y saneamiento.
¿Puede decirse que el programa hidráulico es infinito?
Falta mucho por ejecutar y siempre habrá que mantener lo construido. En todos los años de Revolución se han invertido miles de millones de pesos y este programa conserva su prioridad no obstante las limitaciones financieras y de recursos materiales.
Ello nos compromete a ser cada vez más eficaces en los procesos inversionistas, a la mejor preparación de trabajadores, cuadros y funcionarios. También a seguir gestionando proyectos de inversión extranjera, créditos externos a largo plazo y donativos que permitan ejecutar algunos proyectos, con lo cual se complementa la mayoritaria asignación presupuestaria del Estado y, por supuesto, disminuir la carga financiera que presuponen las inversiones de infraestructura a la economía.
¿Qué papel desempeña el INRH en la Tarea Vida?
Muchos de nuestros servicios e inversiones responden a esa importante política, pues somos responsables de garantizar más agua potable y con calidad, y del saneamiento, actividades que se multiplican, porque tenemos que asegurar esos servicios en las nuevas comunidades donde son reubicados quienes habitaban en zonas vulnerables cercanas a la costa.
Es fundamental el programa de obras de protección contra la intrusión salina e inundaciones, que incluye inyectar agua para reducir el contenido de sales en los suelos y cuya continuidad está garantizada para el venidero año. Un gran paso fue la rehabilitación este 2017 del Dique Sur y los trabajos iniciados en Ciego de Ávila. Lo mismo ocurre con la explotación de los pozos y la preservación de sus áreas de seguridad para evitar la contaminación.
¿Qué está previsto con los acueductos en comunidades y bateyes que pertenecían a los ministerios de la Agricultura y del Azúcar?
Dentro del proceso de perfeccionamiento aprobado para el INRH se encuentra el reordenamiento de los acueductos, lo cual ya está refrendado en uno de los Lineamientos del VII Congreso del Partido. Lo asumirá la Organización Superior de Dirección Empresarial de Acueducto y Alcantarillado. Será de manera gradual porque va más allá de administrar esa actividad, en tanto tiene que colocar esas obras en condiciones para cumplir su cometido.
¿Algún mensaje para los trabajadores de la rama?
Que siempre piensen en la responsabilidad que guarda cada una de las tareas a su cargo, relacionadas directamente con el bienestar de la población. Que mantengan y multipliquen acciones y actitudes como las asumidas antes, durante y luego del paso del huracán Irma. Así lo reconocieron hace pocos días los diputados de la comisión permanente de industria, construcciones y energía del Parlamento y esa confianza no podemos defraudarla.