Por Elaine Caballero Sabugueiro, Ivania Williams y Susana Besteiro Fornet, estudiantes de Periodismo
Los terceros domingos de cada mes, el centro cultural La Plaza de 31 y 2 se colma de alegría. Abre sus puertas como buen anfitrión a la actividad comunitaria dedicada a los pequeños y a cualquier adulto con un espíritu inquieto y juguetón, excelente iniciativa para que los niños disfruten de un festejo a la manera tradicional, en un escenario donde las tecnologías amenazan con apoderarse de la mayoría de los espacios.
La aventura del pasado día 17 comenzó con la presentación de los payasos de la compañía Cascabel, Corbatica (Rigoberto Rufín), Dorremí (Yovalys González) y el burro Mermelada (Reynaldo Menéndez Castanedo), quienes hicieron reír a los muchachos con travesuras y juegos de participación. Los infantes bailaron en un solo pie, cantaron y descifraron trabalenguas; fueron protagonistas durante casi dos horas del espectáculo que, por la felicidad dibujada en sus rostros, resultó un éxito.
Hubo números de magia, danzas a cargo de los talleres juveniles del Teatro de Variedades Américas, y acrobacias con estudiantes de la Escuela Nacional de Circo, además de títeres y buena música, un perfecto regalo a los que merecen todo el amor del mundo. Para los padres es otra oportunidad de volver a la infancia y despertar el niño que llevamos dentro.
Ya usted lo sabe, cuando llegue la fecha indicada el próximo año, lleve a su hijo a este sitio, no lo deje para otra ocasión, juntos pasarán una velada memorable.
Las acciones en la localidad no se resumen a una labor de carácter mensual, pues se llevan a cabo varios proyectos artísticos entre los que se destacan los talleres de teatro, danza, artes plásticas, música y literatura, de martes a viernes en los horarios de 4:00 p.m. a 8:00 p.m. y sábado y domingo de 10:00 a.m. a 4:00 p.m. “Hasta el momento han tenido muy buena acogida”, aseguró a Trabajadores Harold Vergara, director de desarrollo cultural y gestión comunitaria de la institución.
“Este es un centro suigéneris, el primero de muchos que se van a construir por el Ministerio de Cultura. Queremos aumentarle el gusto estético y el goce a la población. Primeramente –agregó- realizamos una investigación sociológica en el barrio de la Timba, donde salieron a relucir una serie de problemas y a partir de ahí construimos historias con la intención de que los espectadores se sientan identificados desde las tablas. Hemos llevado a escena Incomunicaciones, Reconciliaciones, Cubanito, Ninfa, Extraño, alrededor de seis o siete obras”, puntualizó el también director de El Paso Teatro.
El recién inaugurado complejo cultural, perteneciente a la Empresa de Grabaciones y Estudios Musicales, cuenta con una multiplicidad de espacios como la sala de cine y teatro, librería, piano bar, Casa de la Música y tienda de productos culturales a disposición del público para su recreación y deleite, otra opción para comulgar con la cultura desde disímiles aristas.