No pocos amantes del jazz acuden cuando Roberto Fonseca hace de las suyas en el piano. El destacado compositor seduce, combina varios géneros con un estilo personalísimo. En el escenario se le ve sereno, cautivo ante sus melodías, a veces un tanto pensativo y deseoso de dar más. La música para él es una necesidad, el eterno compromiso de un artista consigo mismo y con el mundo.
El próximo 5 de noviembre ofrecerá un concierto en el Bule Bar 66, centro de Artex ubicado en el Boulevard de San Rafael, recientemente remodelado, el cual deslumbra por su belleza, además de tener excelente oferta gastronómica. Con esta presentación inicia un espacio de jazz, todos los domingos a partir de las 10:00 p.m. en el sitio.
“Ese día habrá sorpresas”, afirmó el reconocido músico en entrevista exclusiva para el periódico Trabajadores. “Interpretaré piezas nuevas, aunque tocaré canciones de otros álbumes. Quiero hacer una fiesta por todo lo alto y para ello tengo de invitados a Bobby Carcassés, Yasek Manzano, Carlos Millares, entre otros. Me reservo el nombre de los temas, son obras diferentes a lo que he hecho hasta ahora”.
Aunque la mayor parte del tiempo radica en el extranjero, Cuba significa mucho para Fonseca, el lugar donde cobra fuerzas y sigue adelante. “Acabo de llegar de una gira por Japón, también estuve en Colombia y Francia, y próximamente viajaré de nuevo por Europa”.
Cualquier paisaje le resulta idóneo a su ingenio, aunque sí precisa de un tiempo a solas, tan necesario para que la inspiración se traduzca en acordes. “Es ahí cuando entro en el personaje de la melodía, escucho lo que me quiere decir, por llamarlo de alguna manera. Mis temas cuentan una historia y le doy vida”.
El mayor reto ha sido mantenerse fiel a su estilo. “Existen compositores que ceden al mercado. Yo no quiero eso, no cambio”.
Más de 10 discos avalan su producción artística, donde ha primado la calidad en su repertorio, así como una forma singular de mezclar la música afrocubana, el jazz, el soul, el funk, el blues y el hip-hop. Inagotables fuentes de conocimientos resultan para él –cuando precisa volver a esos indispensables del catálogo nacional– Arsenio Rodríguez y la Orquesta Aragón. “También escucho música inglesa y los grandes, por supuesto, quienes me acompañan siempre”.