Cargando...Por Alfredo Machado López*
La Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) y los sindicatos —como parte de la CTC— hemos desarrollado en todo el país un conjunto de actividades en homenaje al Comandante Ernesto Che Guevara, en el aniversario 50 de su desaparición física.
Le corresponde al Guerrillero Heroico —nuestro Presidente de Honor— el mérito de haber aquilatado el alcance del talento y la inteligencia colectiva; primero en las filas del Ejército Rebelde en plena Sierra Maestra y luego, junto a los trabajadores.
El resultado de las campañas emulativas promovidas por él al frente del Ministerio de Industrias, conocidas como Piezas de Repuesto y Obrero, construye tu maquinaria, sintetizaron entonces el valor de la fuerza creadora de los trabajadores, multiplicada exponencialmente con la obra de la Revolución.
En los Lineamientos ratificados por el VII Congreso del Partido, en la Conceptualización de nuestro Modelo Económico y en las Proyecciones para el 2030 se enfatiza en la INNOVACIÓN, a partir del principio de poner el enorme potencial creado por la Revolución en función de la economía.
Si a ello le sumamos la existencia de un Código de Trabajo, otras leyes y normas jurídicas que protegen y favorecen su desarrollo, nos restaría fortalecer el funcionamiento de las organizaciones de base y la atención a los innovadores y racionalizadores, aspectos no logrados en su totalidad, por diferentes razones.
Ciertamente se han dado un grupo de pasos importantes: son menos las entidades que incumplen lo legislado al respecto, pero no en todos los lugares la tarea marcha como debe.
Desde la Asociación y los sindicatos debemos ser mucho más exigentes para que se cumpla lo establecido y desterremos las superficialidades y chapucerías que en ocasiones se ponen de manifiesto, pues no toda iniciativa constituye una innovación o racionalización.
El Plan Temático derivado del banco de problemas de cada entidad debe constituirse en la herramienta que nos permita favorecer la planificación de la innovación dentro del colectivo, es decir, los recursos financieros y materiales indispensables para llevar a la práctica la innovación, cuando y donde proceda.
Pocas veces hablamos de la atención a los innovadores y racionalizadores y esto es decisivo. Si queremos multiplicar su labor en función del ahorro, la sustitución de importaciones, la fabricación y recuperación de piezas de repuesto y el incremento de la productividad del trabajo, resulta impostergable respetar los derechos que le confiere la legislación a estos trabajadores.
Nos referimos a la confección del Plan Temático, comprometer a los innovadores con las tareas ahí reflejadas, presupuestar la actividad, realizar y poner en práctica las innovaciones, que funcionen las comisiones evaluadoras y calculen el efecto económico de las innovaciones, se reconozcan, estimulen y remuneren a los autores y sean generalizadas todas aquellas obras que resulten posible.
Debemos seguir apostando por la exigencia en el cumplimiento de la legalidad en todos los órdenes, enfocarnos en los que más aportan a la economía y los servicios en nuestros colectivos laborales y dignificarlos como merecen. Del mismo modo, erradicar los problemas de funcionamiento en las organizaciones de base y estructuras de la Anir y los sindicatos.
Lo cierto es que en Cuba, país bloqueado, con una economía abierta y carente de recursos, se mantienen funcionando miles de industrias, fábricas, equipos y medios de todos los sectores y ramas de la economía gracias a ese ingenio creador de los trabajadores, y a ojos vista, seguirá siendo siempre así. Más que un deseo es una inexorable necesidad.
*Presidente de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir)
