Un lapicero, un libro, unas cuantas rosas rojas solo hicieron falta para que un grupo de periodistas camagüeyanos homenajearan a un colega, a un hombre chévere, a Antonio Moltó Martorell, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), quien falleciera este martes.
El lugar escogido fue la Casa de la Prensa del territorio, y la excusa, compartir historias del destacado periodista que ejerciera la profesión durante más de medio siglo.
Hubo quien lo recordó como algo más que el “jefe”, como el hombre que apoyaba siempre a los jóvenes, como el que hablaba claro y odiaba la mediocridad.
Para Yuldis Márquez, presidenta de la Upec provincial, era un momento duro porque se había ido físicamente un hombre que había logrado un avance en la organización, había cohesionado a los profesionales de la prensa, y que constituía un ejemplo de sacrificio, pues asumió responsabilidades sin preocuparse por su estado de salud.