La santiaguera Isabel Dimé Planche pide ayuda para resolver la situación que la aqueja y que ella misma ha denominado el caso de la chequera fantasma.
Cuenta en su misiva que se acogió a la jubilación en el año 2006, por la ley anterior de Seguridad Social, con 38 años de servicio, y recibe desde entonces 305 pesos.
Dos años después, ante el llamado del General de Ejército Raúl Castro Ruz decide reincorporarse al trabajo, y se mantiene hasta febrero del 2015, fecha en que tiene que abandonar su labor por problemas familiares.
Conforme a la legislación vigente, inició los trámites en la sede provincial de Trabajo y Seguridad Social para que le adicionaran esos años al pago de su jubilación.
Suponía que la gestión demoraba unos tres meses, pero al parecer es irreal, pues pasaron ya dos años y todavía le falta al proceso. Las explicaciones que le dieron en sus múltiples visitas no fueron convincentes: no había un personal preparado para esa actividad, no hay conexión con la sede nacional…
A mediados del mes de julio, la directora de la institución le explicó que fue una comisión de La Habana para analizar esos casos, pero hasta ahí. ¿Cuándo acabarán? ¿Por qué no llega su resolución desde el ministerio correspondiente? Nadie sabe.
La remitente está preocupada, pues considera que si la Revolución creó tantos programas para dar una mejor calidad de vida, no es posible que las faltas de organización y de respeto empañen esos logros.
Isabel necesita con urgencia recibir los pagos que le corresponden por el tiempo que laboró después de jubilada. Ella es la responsable de cuidar y sufragar los gastos de su madre postrada, diabética, con fractura en la cadera y un pie amputado.