Mi objetivo era otro. Andaba por el policlínico Federico Capdevila, de Boyeros, pero me llamó la atención una joven madre, cuya niña vestía casi exactamente igual a ella, incluidas las cintas en el pelo, y la llevaba en su cargador. Tenté a la suerte, me acerqué y le pregunté si aún lactaba a su bebé.
Resultó ser que, pasados los tres meses de vida, Brenda Alejandra se alimenta solamente de la leche materna. “Nunca se ha enfermado, y eso que en mi casa estamos en construcción, hay polvo y cemento por doquier, y lo único que tiene la niña es algún estornudo de vez en vez, algo que es normal en los de su edad”, afirmó Lisandra Liranza Rodríguez, su mamá.
“Lactar es salud; está a libre demanda, es decir, toma cada vez que quiere. A través de la leche le pasas a tu niño anticuerpos y los beneficios de los alimentos, por eso hay que tener cuidado con lo que comemos, vigilar si no le dan cólicos o hace las deposiciones muy líquidas, si va creciendo y ganando el peso adecuado, e ir sosteniendo las mejores prácticas.
“Hay madres que no amamantan a sus hijos por el temor a perder la figura, a la caída de los senos, y eso es un gran error: si usted decidió procrear, lo lógico es darlo todo por el bienestar de su descendiente y por el suyo.
“También es una comodidad para la mamá y para el bebé, es no tener que salir con la comida, que puede echarse a perder por las altas temperaturas de esta temporada; ni andar con muchos bultos”.
Sucede, además, que Lisandra es médico de la familia, y ahora le llegó su segunda especialidad; debe comenzar a trabajar en septiembre, mas “voy a pedir permiso en el hospital para atrasarme hasta octubre, que Brenda cumple los seis meses, y ya terminaría el período óptimo para la lactancia exclusiva; mi prioridad es cuidar de ella, luego revalido y me reintegro en el ejercicio de mi profesión”.
Escuchando la conversación, otra doctora comentó una experiencia interesante: “Yo estuve de misión en Guatemala, y las indias amamantan a sus hijos hasta el año, a todas ‘les baja’ la leche, porque ellas saben que no tienen otros alimentos para darles; allí los niños comienzan a desnutrirse después de esa edad, cuando tienen que enfrentarse a una alimentación muy deficiente”.
Proteger la lactancia materna
Cuba no es un paradigma en la práctica de la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida de los infantes; algunos indicadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS) relacionados con la infancia dan cuenta de que solo una tercera parte de las madres cubanas cumplen con esa estrategia, un índice bajo tomando en cuenta las posibilidades de capacitación, laborales y la protección legal que tienen para hacerlo.
Es por ello que los esfuerzos de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se desarrolla desde el 31 de julio al 7 de agosto tiene como lema central Construyendo alianzas para proteger la lactancia materna: por un bien común, sin conflictos de intereses, lo cual tiene relación directa con los objetivos de desarrollo sostenible.
El Ministerio de Salud Pública centra los propósitos de esta semana, decretada por la Organización Mundial de la Salud en la participación y colaboración con los actores sociales para promover, proteger y apoyar la lactancia materna; al fomento de esta práctica como componente del desarrollo sostenible, que contribuye a la alimentación adecuada del lactante y del niño pequeño.
Otro de los objetivos nacionales está en la revitalización de una iniciativa que se inserta desde el centro asistencial hasta la comunidad y puede impulsar esta práctica que son los hospitales maternos y pediátricos Amigos del niño y de la madre, de los cuales hay muy buenos ejemplos en el país.
Un amplísimo plan de actividades se realizará en estos días en todo el territorio nacional para promover el amamantamiento de los bebés, entre las que se encuentran, además, la III Jornada Científica Nacional de Lactancia Materna, y encuentros metodológicos con los responsables de los bancos de leche humana.
También se ofrecerán charlas educativas sobre la temática en las salas de espera de los consultorios, policlínicos, hogares maternos y hospitales ginecobstétricos y pediátricos, las cuales se extenderán hasta la comunidad y tendrán por sede las Casas de Orientación a la Mujer, cooperativas agropecuarias y centros de trabajo.
En el hospital Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, se inaugurará un banco de leche humana, una obra de alta sensibilidad, ya que este producto natural se prioriza para la alimentación de los recién nacidos que se encuentran en estado crítico, los hijos de madres portadoras de VIH y a los que nacen por cesárea, en dependencia de la que exista en cada institución.
Lactancia exclusiva
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé, la introducción de alimentos apropiados y seguros a partir de esa edad, y mantener el amamantamiento hasta los dos años. La leche humana es el alimento ideal para los niños pequeños, ya que les aporta los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables. Está demostrado que prácticamente todas las mujeres pueden ofrecerla, siempre que dispongan de información, preparación psicológica, condiciones adecuadas, apoyo familiar y del sistema de salud.
Este alimento es el más equilibrado para los recién nacidos y niños pequeños, y siempre está a la temperatura ideal. Además, tiene beneficios para su sistema inmunológico y salud a largo plazo (previene de la obesidad y favorece un mayor coeficiente intelectual).
El calostro de los primeros días tiene un alto contenido en proteínas y es rico en anticuerpos que el bebé necesita justo después de nacer. Proporciona gran cantidad de defensas inmunológicas y estimula el desarrollo de su propio sistema. Este alimento es portador de una sustancia llamada inmunoglobulina A secretora, la cual forma una capa protectora sobre las membranas mucosas en los intestinos, nariz y garganta del bebé, precisamente las partes más susceptibles a virus, bacterias e infecciones.
Ayuda a reducir la absorción de bilirrubina y los problemas de ictericia. Tiene un efecto laxante, se digiere fácilmente y es por eso que el bebé la demanda.
Los niños que se alimentan con lecha materna exclusivamente durante los primeros seis meses de vida tienen menos infecciones en el oído, enfermedades respiratorias (como asma), y molestias digestivas e intestinales; sufren menos alergias a alimentos, factores ambientales y en la piel.
El acto de lactar crea un fuerte vínculo entre madre-hijo, cubriendo necesidades como la proximidad y seguridad que favorecen la autoestima del niño y la relación con la madre.
Y los beneficios se extienden a la progenitora, ya que la lactancia es la continuación del proceso de reproducción. La succión estimula la producción de hormonas que contraen el útero y ayudan a eliminar los restos de sangre y placenta que quedan tras el parto. Favorecen la pérdida de peso de forma natural, y según evidencias científicas se asocia a un menor riesgo de osteoporosis, cáncer de mama, de útero y ovarios e infecciones de las vías urinarias. La leche materna es gratis, siempre está lista y disponible, por tanto, lo más inteligente será aprovecharla el mayor tiempo posible.