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“Nosotros estamos al tanto de todo el trabajo que desarrolla la Empresa Agroforestal, porque es parte importante de nuestro principal objeto de atención por el amplio patrimonio de que disponen”, expresa el teniente coronel Rolando Valdés, jefe del Cuerpo de Guardabosques en la provincia de Las Tunas.
El oficial reconoce que en los últimos años se han logrado resultados palpables en el cuidado y fomento de los bosques como expresión de una labor conjunta de ese órgano del Ministerio del Interior, el Servicio Forestal Estatal y la Empresa Agroforestal en esta zona del oriente cubano.
“Y es innegable que hay menos fuego en los bosques”, dice e ilustra su afirmación: “El Monte Naranjito, en el municipio de Majibacoa, un bosque natural que en la última década se quemó 12 veces, este 2017 –en el período de más peligros- no hubo que lamentar daños, y San Miguel del Junco –otro tesoro natural- hace alrededor de dos años que no reporta incendios.”
“Esos son los dos bosques que tienen mayor cantidad de hectáreas y los más dañados históricamente en el territorio”, enfatiza.
Por eso afirma que están transitando por un momento inmejorable, “aunque, reconoce, todavía hay que perfeccionar unas cuantas cosas más para seguir avanzando en una tarea vital en la protección del ecosistema, del medio ambiente, que es prioridad del Estado cubano”.
Valdés habla de las áreas protegidas Monte Cabaniguán (Jobabo) y San Miguel del Junco (Amancio) y realza sus bellezas naturales, los valores faunísticos y maderables que atesoran, que los convierten en objetivo esencial del quehacer de esa institución, “en esas zonas se trabaja mucho y fuerte con las comunidades adyacentes para promover entre sus vecinos acciones de prevención y protección”, remarca.
El teniente coronel explica que en el caso de San Miguel del Junco las acciones incluyen, tanto al poblado de Haití, que pertenece a la provincia de Camagüey, como en El Paraíso y San Jorge, del tunero municipio de Amancio; y, considera digno de reconocer cómo los colectivos de trabajadores han ido aprendiendo, dominando las medidas e implementándolas en el terreno.
Destaca que este calendario, en la etapa de enero a 31 de mayo, la de mayores amenazas, la provincia tuvo cuatro incendios forestales; y, aunque el año pasado fueron tres, la diferencia la marca, el ocurrido en Monte Naranjito que afectó 50 hectáreas, y en el actual solo se dañaron 7,86 hectáreas, que denota cómo influye la vinculación a las áreas y las labores profilácticas.
Argumenta que en el 2015 avalaron más de 600 kilómetros de veredas cortafuego; en el 2016, más de 700 y en 2017 sobrepasaron esas cifras, y aclara que fue sin disminuir el grado de exigencia en las evaluaciones para dar ese crédito, lo que demuestra que va aumentando el sentido de pertenencia y la preparación de los trabajadores encargados de estas labores.
Sobre las proyecciones inmediatas y futuras adelanta que son propósitos continuar perfeccionando el desempeño y recuerda que recientemente acudieron a una vídeo conferencia con el Ministro de la Agricultura, cuyo tema central fue la protección de la fauna silvestre, “que en el país está muy afectada por diferentes razones, y una de sus causas es la cantidad de modalidades de trabajo por cuenta propia, unas 37, que van contra los recursos naturales, incluida la fauna silvestre. Figuras de trabajo no estatal que atentan contra ese objetivo, que no se van a eliminar, pero requieren de mucho control, de autorización, de planificación”, enfatiza.
El Jefe de Guardabosques advierte que están haciendo un trabajo serio en este sentido, y que ya disponen de un diagnóstico bastante avanzado de esta situación.
También expuso que el 2016 se cerró con un número alto de medidas administrativas, y que ya en el actual también crecen las impugnaciones a las violaciones detectadas como un método de enfrentamiento destinado a la prevención.
