La provincia de Las Tunas exhibe actualmente un índice de boscosidad de 19,13 como resultado del esfuerzo de los trabajadores agroforestales y de otros sectores que disponen en su patrimonio de áreas con bosques.
Así lo confirmó la directora del Servicio Estatal Forestal en el este territorio oriental, Osleidys Seoane Richardson, quien encomió los esfuerzos y las estrategias puestas en práctica aquí para lograr el tránsito a una nueva categoría.
“Hasta hace alrededor de tres años Las Tunas era la provincia más deforestada del país y, ahora, estamos entre las seis menos deforestadas”, aseguró a la prensa la funcionaria.
Este es uno de los principales logros con que los trabajadores agroforestales de esta zona oriental saludan su Día, que Cuba celebra cada 21 de junio, para reconocer los aportes a favor del medioambiente.
Con el propósito de sostener estos resultados, los colectivos laborales de la Empresa Agroforestal Las Tunas también sobrecumplieron la recolección de semillas y la producción de posturas, con lo que duplicaron las plantaciones y aseguraron una adecuada supervivencia de los árboles sembrados.
Seoane Richardson definió como tareas vitales a favor de la protección del ecosistema la protección de las franjas costeras, el fomento de bosques altos y la atención a las áreas protegidas.
Significó que esas labores están asociadas a programas estatales para mitigar los efectos de la salinización de los suelos y la intensa sequía, dos amenazas reales a la supervivencia misma de la humanidad como consecuencia del cambio climático.
Los planes perspectivos del desarrollo turístico en esta región del oriente cubano constituyen otro incentivo a los esfuerzos por explotar las riquezas de la flora y la fauna que atesoran las áreas protegidas de San Miguel del Junco (Amancio); Las Nuevas (Jesús Menéndez); Bahía de Malagueta (Manatí); y Ojo de Agua y Monte Naranjito Cenicero (Majibacoa), algunas de estas ya bajo administración de la Empresa Agroforestal local.