Cuba celebró hoy el Día Mundial del Agua consciente que aún enfrenta desafíos relacionados con la correcta gestión en el reúso del líquido, tema escogido este año por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en ocasión de la fecha.
En el contexto de la Convención Internacional Cubagua 2017 se efectuó una ceremonia alegórica a la efeméride, con la presencia del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido y vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, además de representantes de agencias de la ONU en el país.
Al intervenir en el acto, Inés María Chapman, presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), reconoció que aunque en el país existen avances en cuanto a la potabilización y abasto del líquido a la población, queda camino por recorrer en cuanto al reúso del agua.
Mencionó que recientemente fueron concluidas 20 obras para el tratamiento de residuales en el turismo y la industria, pero todavía es insuficiente la infraestructura para generalizar ese proceso hacia otros sectores.
La funcionaria destacó que la promoción del reciclaje del vital líquido se incluye en la Política Nacional del Agua, aprobada por el Consejo de Ministros en diciembre de 2012, y que abarca cuatro prioridades.
Durante su intervención, Chapman extendió las condolencias y solidaridad al pueblo peruano por recientes inundaciones que han provocado pérdidas de vidas y de cuantiosos recursos en la nación andina.
Myrta Kaulard, coordinadora residente de las Naciones Unidas en Cuba, leyó el mensaje que este año enarbola ONU-Agua en ocasión de la fecha, el cual llama la atención en que más del 80 por ciento de las aguas residuales generadas en los hogares, ciudades, la industria y la agricultura, retornan al medio natural sin tratarse.
Añade que no se deben considerar el líquido residual algo superfluo, sino un recurso valioso y útil del que se pueden beneficiar las personas y el ecosistema.
La ONU recuerda que la meta 6.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible exige que en el horizonte de 2030 se logre mejorar la calidad del agua, reduciendo a la mitad el porcentaje de la vertida al medio natural sin depurar, y aumentando considerablemente su reutilización.
Ante los delegados al magno evento, Laura Melo, representante del Programa Mundial de Alimentos en La Habana, también se refirió a la necesidad de lograr un manejo integrado en la gestión de residuales líquidos, en momentos en que Cuba transita por un prolongado período de sequía.
La funcionaria se refirió al trabajo desarrollado por esa agencia para reducir los impactos del fenómeno en la seguridad alimentaria y la nutrición en la región oriental del país, de las más afectadas por la escasez de agua en la Isla. (Tomado de ACN)