Cargando...En un multitudinario acto de apoyo a Luiz Inácio Lula da Silva y al Partido de los Trabajadores (PT) devino este domingo la inauguración de un tramo del trasvase del río San Francisco, obra soñada e impulsada por el líder brasileño y que a partir de ahora mitigará las carencias del líquido en el territorio semiárido del nordeste brasileño.
Esta agua hará que se lave el alma de Brasil de cara a las elecciones de octubre del 2018, donde se discutirán los destinos del país, dijo en su discurso la expresidenta Dilma Rousseff, quien participó en la ceremonia efectuada en la localidad de Monteiro, Paraiba, junto a senadores, diputados y miles de seguidores que rechazan el golpe de Estado parlamentario que la sacó de la presidencia en agosto del 2016.
Ricardo Coutinho, gobernador de Paraiba, uno de los estados más beneficiados por la infraestructura hidráulica, ratificó que su gente camina por los senderos del desarrollo del Brasil junto a Lula y al PT: “La política tiene que hacerle bien a los mayores intereses del pueblo, y usted representa eso”, dijo refiriéndose a Lula.
El expresidente Da Silva, por su parte, recordó que hubo amplios debates para poder ejecutar el trasvase: “Lo hicimos y estamos orgullosos”, afirmó, pero hay “que continuar con el trabajo para llevar el agua hasta los hogares”.
La esperanza, como esta que ha llegado con el agua, mueve a los pueblos. Los pobres no son el problema, son la solución a los problemas, recalcó. Según lo previsto por las autoridades federales, la obra debió ser inaugurada el pasado 10 de marzo por el actual presidente Michel Temer, pero los residentes locales se opusieron enfáticamente.
En su lugar, movimientos sociales y políticos, organizaron un masivo acto que sirvió de respaldo al padre (Lula) y la madre (Dilma) del proyecto.
Un río, un país
El San Francisco es el cuarto río más largo de Sudamérica con 2 mil 914 kilómetros de extensión. Se le conoce como el “río de la unidad nacional o de la integración” pues recorre cinco estados —Minas, Bahia, Pernambuco, Alagoas y Sergipe— y en todos se le aprecia por su importancia económica, social y cultural. Alberga siete plantas generadoras que proveen de electricidad al noreste del país.
El nuevo trasvase —con dos largos canales, uno de 400 kilómetros y otro de 220— beneficiará a cerca de 12 millones de personas que viven en los municipios de Pernambuco, Ceará, Río Grande do Norte y Paraiba, llevará el agua potable a las ciudades y los campos de una región semiárida.
“Es un chorro solidario y solitario que se desplaza desde el sur desarrollado hacia la extremosa caldera nordestina”, comentó el periodista Claudio Cerri, quien recibió un premio por una investigación acerca del río San Francisco.
La desviación del torrente ha sido considerada por algunos especialistas como la obra hidráulica más grande de la historia de la nación, incluye nueve estaciones de bombeo, 27 embalses, cuatro túneles, 13 acueductos, nueve subestaciones de potencia y 270 kilómetros de líneas de transmisión. La idea tiene casi 200 años y fue propuesta originalmente por misioneros franciscanos, pero no fue hasta el 2007, durante el segundo mandato de Lula, que el Gobierno optó por acometerla definitivamente.
Brasil tiene el 15 % del agua dulce del planeta, el 65 % en la selva amazónica, donde apenas habita el 10 % de su población. El nordeste del país, región ahora beneficiada, hospeda al 28 % del total de habitantes y solo disponía del 3 % de las aguas nacionales.
