Tokio.— Como una de las victorias más recordada quedará la conseguida este 10 de marzo por parte de la selección cubana sobre su similar de Australia (4-3), partido que aseguró además nuestra clasificación a la siguiente ronda del IV Clásico Mundial, junto a Japón, Israel y Holanda, estos dos últimos punteros del Grupo A.
Con un solo swing Alfredo Despaigne puso a volar la esférica por encima de los 350 del jardín izquierdo del Tokyo Dome, con lo cual le dijo adiós a los representantes de la Isla-continente, cuyo mentor había asegurado en una conferencia de prensa anterior que las coincidencias entre ambos equipos en los Clásicos serían rotas esta vez.
Se refería a un duelo anterior entre ellos, ocurrido el 10 de marzo del 2009, en México, el cual se decidió también por un vuelacercas del máscara Yosvani Peraza. Ahora el escenario cambió, pero todo tuvo un guión muy parecido.
Vayamos entonces al partido. El abridor cubano, Lázaro Blanco se presentó sin su acostumbrado dominio del rompimiento y cedió la lomita en el tercero con bases llenas a Yoanni Yera, quien dio un ponche de leyenda al antesalista Logan Wade, el mismo que dos entradas más tarde puso delante a su equipo con hit al izquierdo.
No habían pasado 10 minutos de la jugada en que Despaigne no lució un buen brazo para sacar al corredor australiano en home, cuando le tocó empuñar al toletero en la caja de bateo con las bases llenas, tras imparables de Roel Santos y Alexander Ayala y boleto peleado a Frederich Cepeda.
El desquite llevó matices de espectacularidad a una Cuba que dormía (12:10 de la madrugada) y de un tirón levantó a miles de soñolientos de la cama, para abrir el marcador 4-1, al cual no llegaron los australianos, a pesar de no darse por vencidos y marcar dos carreras más ante los relevistas Vladimir García –a la postre ganador del encuentro-, y Liván Moinello; en tanto Miguel Lahera cerró con par de ponches el noveno.
Este triunfo definió el grupo B, al dejar a Japón y Cuba como clasificados para la siguiente etapa, en la que enfrentarán a Israel y Holanda (1-2 del apartado A) en el propio Tokyo Dome desde este domingo. Nuestra selección jugará a primera hora frente a los sorprendentes israelitas (más bien estadounidenses con ascendencia judía), para luego enfrentar el 14 de marzo a Japón y cerrar al día siguiente con Holanda.
Moralejas del partido:
– El cuarto bate es el jugador por excelencia, el más dotado, para cambiar la decoración de un partido de un golpe. Así lo hizo Despaigne, al que muchas televisoras estadounidenses siguen calificando como uno de los grandes jonroneros del béisbol mundial que no juega en las Grandes Ligas.
– El papel de Frederich Cepeda en este partido fue silenciosamente clave. Su despertar ofensivo con el primer hit del Clásico y su pasaporte gratis antes del turno de Despaigne siguen hablando de su calidad como pelotero.
– Al menos con 65 lanzamientos, los abridores no determinan casi nada en este evento, de ahí la importancia de la rotación de los relevos, bien manejados por Carlos Martí al traer lanzadores que le cambiaron el pitcheo a los australianos constantemente.
– Carlos Benítez está pidiendo a gritos mirar un juego desde el banco y dejar que Yordan Manduley defiende la segunda base.
– Yurisbel Gracial vive un espléndido momento ofensivo y con juego veloz y agresivo en las bases (muy bien el toque de bola y el robo de base en el sexto) ha llenado una posición que era incógnita en esta selección, comparada con anteriores defensores de la tercera almohadilla.
– La pérdida de Vladimir García por cuatro días a partir de sobrepasar los 50 envíos es bien polémica, sobre todo cuando se podía haber evitado. Otra vez la falta de confianza en nuestros cerradores obligó a la dirección del equipo a exprimirlo al máximo.
– La meta de llegar a la segunda ronda se cumplió con la estrategia diseñada desde hace mucho tiempo. Pudo haber cumplido mejor Lázaro Blanco su rol de abridor, pero fue correcto reservarlo para este choque. Otro punto a favor a de Carlos Martí.
– Frank Camilo Morejón estuvo a punto de hacer una de las jugadas más brillantes a la defensa del torneo. Solo el impacto con la baranda del dogout le hizo saltar la pelota de la mascota. Esa entrega de los jugadores vale también un partido.
– La presión por hacerlo bien siempre se apoderó hoy de Yoelkis Céspedes, al recibir cuatro ponches de carretilla. Talento y calidad le sobra. Un partido malo lo tiene cualquiera. Además, Víctor Víctor Mesa espera su oportunidad.
– Clasificados para la siguiente fase, toca repensar la estrategia de pitcheo, pues ahora se extiende a 80 lanzamientos para los abridores. Vladimir Baños, Lázaro Blanco y Vladimir García parecen pintarse ideales y han sido las mejores cartas probadas en esta primera fase.
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Director del Periódico Trabajadores desde el 1 de julio del 2024. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.