Centro Nacional de Educación Sexual
El comité organizador para la IV Jornada sobre Maternidad y Paternidad Responsable: iguales en derechos y responsabilidades, en el cual participa la Central de Trabajadores de Cuba, tiene como escenarios fundamentales los centros de trabajo, los CDR y consejos populares en todo el país.
Tuvo su comienzo el 14 de febrero y se extenderá hasta el 19 de junio y comprende desde el Día del Amor y la Amistad hasta el Día de los Padres. Dentro de este contexto son fechas a resaltar el Día de la Mujer (8 de marzo), el Día de las Madres (14 de mayo) y el Día Internacional de la Familia (15 de mayo).
En la Jornada será entregado el Premio del Gran Amor a madres y padres que se destacan en el cumplimiento de sus funciones laborales, sociales y políticas, personas con una influencia positiva en la sociedad, y la que irradian en sus hijos y nietos.
A continuación damos a conocer fragmentos de la carta emitida por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) a cada papá y mamá de Cuba.
Ser madre o padre es un acto de suprema responsabilidad ya que nadie pide venir al mundo. Por tanto, cada niña y niño tiene derecho a recibir suficiente amor, comprensión y una formación integral. Para ello resulta indispensable que cada uno de los miembros de la pareja posea la madurez física, social, emocional, intelectual y económica que propicie el bienestar de sus hijas e hijos. Cada persona está en la obligación de prepararse para ser madre o padre.
La maternidad y paternidad, en sus diversas formas, cuando se desarrollan en igualdad de derechos y responsabilidades, produce un resultado efectivo en la satisfacción de necesidades individuales y colectivas, debido a lo cual continúa siendo, esta función compartida, una meta social de alta significación para nuestro país.
Las investigaciones muestran que, aunque queda mucho por avanzar, cada vez es mayor la participación equitativa de hombres y mujeres en las tareas públicas y del hogar, especialmente en aquellas relacionadas con la crianza y educación de los hijos e hijas, ¡y qué bueno que sea así! Porque tanto para madres como para padres es muy gratificante vivir esa experiencia.
La cultura sexista nos ha hecho creer que es natural la existencia de dos mundos diferentes, el de los hombres y el de las mujeres, y en ese sentido, desafortunadamente, hemos marcado esa diferencia entre lo masculino y lo femenino, hecho que, muchas veces, tiene implicaciones muy negativas en la vida de las familias y las relaciones de género.
La existencia del instinto materno es un mito. Las actitudes de las mujeres hacia los hijos e hijas son también producto de las pautas culturales, que de generación en generación promueven que la crianza y educación de los hijos solo corresponde a las mujeres y que así debe ser porque es lo normal y lo natural.
Y al contrario, la vida demuestra cada vez más, que cuando los padres se implican positivamente en su paternidad, no están imitando o sustituyendo a las mujeres, sino expresando sus sentimientos como seres humanos. Ellos lo hacen con los recursos con que cuentan a partir de sus historias de vida.
El adecuado ejercicio de la paternidad y maternidad implica dos aspectos importantes: conocer las características y necesidades fundamentales de sus hijos e hijas en cada una de las etapas de su desarrollo y expresar ese conocimiento de forma afectuosa en las respuestas concretas que se dan a estos (as) ante situaciones cotidianas de la crianza y educación. Preguntas que deben hacerse sistemáticamente mamá y papá son: ¿Cómo estoy respondiendo ante las demandas de mis hijos?, ¿perciben ellos que les ayudo?
Cuando nos convertimos en mamás y papás, asumimos derechos y obligaciones que es importante conocer y practicar. Cuando sucede así ejercemos una influencia positiva sobre necesidades de hijas e hijos, como la comunicación, la afectividad, la autoestima, los valores, la participación en las tareas domésticas y de bien público, el autocuidado, el placer y la responsabilidad sexual, entre otros aspectos.
El desarrollo adecuado de nuestros hijos e hijas es condición esencial para la felicidad de nuestro pueblo y por eso queremos agradecer a cada mamá y papá que contribuye a ello.
Reciban, queridos padres y queridas madres, este merecido reconocimiento y nuestra más sincera felicitación por la obra de infinito amor que ofrecen cada día.