Por Elaine Caballero
“¿Cómo puedes bailar Giselle, si Giselle eres tú?”. Con esta frase el crítico Arnold Haskell describió a la Prima ballerina assoluta, considerada como la mejor intérprete en la historia de ese ballet.
Respecto a su debut en Giselle (1943) Haskel declaró: “Fue algo tan pleno en cuerpo y espíritu, un éxtasis de felicidad, sufrimiento y perfecto amor que no puede describirse con palabras…”.
La historia de pasiones y desengaños vuelve al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, los viernes 17 y 24, sábados 18 y 25, y domingos 19 y 26 de febrero en los horarios habituales.
Los roles protagónicos –según informó el sitio web del Ballet Nacional del Cuba– serán asumidos con el virtuosismo que caracteriza a sus intérpretes: Anette Delgado, Viengsay Valdés, Sadaise Arencibia, Ginett Moncho y Dani Hernández, secundados por solistas y el cuerpo de baile de la compañía.
También resulta una oportunidad para ver en el proscenio a jóvenes talentos, pues marca el debut de Grettel Morejón en el personaje de Giselle; Rafael Quenedit, Raúl Abreu y Patricio Revé como Albrecht, Duque de Silesia.
Por su parte Claudia y Glenda García asumirán el rol de Myrtha, Reina de las Willis, mientras que Julio Blanes (18 y 25) encarnará a Hilarión, el guardabosque.
La coreografía versa sobre el original de Jean Coralli y Jules Perrot. El libreto pertenece a Théophile Gautier, Vernoy de Saint-Georges y Jean Coralli, inspirado en una leyenda popular germánica recogida por Heinrich Heine; mientras la música es de Adolphe Adam y el diseño a cargo de Salvador Fernández.
Varias compañías internacionales han incorporado a su repertorio la versión de este clásico realizada por Alicia Alonso. Entre ellas, el Teatro Colón, de Argentina (1958); el Teatro Griego, de California; el Ballet de la Ópera de París, Francia (1972); el Ballet del Teatro de Bellas Artes, México (1976); el Ballet de la Ópera del Estado de Viena (1980), entre otras destacadas agrupaciones.
Las entradas se encuentran a la venta de 9:00 a.m. a 5:00 p.m. en la taquilla del Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso para contemplar una vez más cómo el milagro de la danza estremece a un público que busca –por sobre todas las cosas– atesorar instantes únicos donde el sentimiento y la entrega brota a flor de piel desde el escenario.