Por Elaine Caballero
A Maya Ombasic le posee la palabra. Protagonista de hechos y vivencias incalculables ha sabido superar las pruebas del destino. Cuando habla de Cuba surge un brillo diferente en sus ojos, renovador, pues la Isla —para ella— es como encontrar el amor en medio del desierto. Su historia conmueve al más impasible de los hombres. Memorias de una infancia y adolescencia, colmadas de abrojos en el camino, los que supo transformar y convertir en una interesante novela.
Otra vez la literatura vuelve a ser voz y espejo de fenómenos históricos y culturales para señalar la carestía de hombres y naciones, que implantan su poder con el filo de poderosas armas. Un día después de Babel, de Maya Ombasic, centra su trama en una niña que va creciendo junto a su padre, carismático protagonista cuyo mundo es otro tras la guerra de Yugoslavia.
“El hilo conductor de la historia es el comienzo del conflicto de los Balcanes y cómo impacta en una familia normal. Quiero contar lo que le ocurre a un ser humano cuando le arrancan su identidad. Es una novela autobiográfica, salimos de nuestro país y tuvimos que pasar a la clandestinidad, hasta que decidí hacer otra vida y crear una familia, a quien quise transmitir parte de la historia”.
“Cuba tiene una marca presencia en el libro. En muchos países de Europa no fuimos aceptados. Por un tiempo permanecí en Suiza, pero no me sentía en casa, por mil razones; entonces Cuba me hizo recordar mi infancia”.
Las ideas se apoderan de su mente y la necesidad de transmitir lo vivido es una constaste en su obra. Busca lo íntimo, las esencias de cada lección que se esconden tras los avatares del destino. Con mucho de poesía en su narrativa confiesa estar creando otra novela, una historia de amor en medio de un conflicto político. “Me interesa representar cómo estas cuestiones influyen en las relaciones interpersonales”.
En el marco de la Feria del Libro, durante la presentación de Un día después de Babel, recibió la Distinción a la humildad Dora Alonso, el viernes 10. Con sencillez total me conmociona, se agrandan sus pupilas cuando contempla un origami hecho por el Proyecto Alas de Papel, la contribución de los pequeños al lauro. Confesó estar en vela la noche anterior cuando supo la noticia, debido a la importancia ofrendada a los pequeños.
Termino la entrevista y recibo como respuesta final la intención fundamental de sus obras: crear un puente entre la historia y los pueblos. “La literatura hace fe a la frase anterior, pues derriba muros”.