Trabajador de Comunales: oficio sacrificado

Él, Lázaro Cabrera García, hace alrededor de cinco años decidió cambiar la comodidad de Jefe de Turno en una escuela por la compleja labor de recogedor de desechos sólidos. Sí, le pagan más, cerca de mil 300 pesos, pero la tarea sigue siendo igual de sacrificada, tal vez más.

“Cambié de trabajo para sostener a la familia –cuenta Lázaro –. Pero es un poco difícil, sobre todo en el horario del día, porque el sol te castiga bastante. Trabajamos cuatro en la carreta, unos tirando y otros vaciando los sacos. Usamos tapabocas, guantes y botas para evitar enfermarnos, pero no siempre tienen la calidad necesaria.

“Es duro, pero no me siento menospreciado con este trabajo porque es como otro cualquiera, lo que hay es que ponerle amor”.

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Ella, Tamara Serrú Nestal, lleva 13 años laborando como operaria de mantenimiento de instalaciones, parques, jardines y viveros en el municipio agramontino de Nuevitas.

“Salgo de mi casa temprano – describe Tamara– y luego del contacto que tenemos parto rumbo hacia las tareas que hay que hacer en los parques o plazas, que lo mismo pueden ser barrer, pintar, sembrar matas, que limpiar fuentes y tarjas.

“Nos pagan cerca de 350 pesos, pero creo que es suficiente, y si me aumentan no me molesta. Trabajo hasta las seis de la tarde, es duro, pero mis hijos me ayudan mucho y me entienden. Yo estoy muy orgullosa de lo que hago, para nada me da pena, porque si no limpiamos cuantas enfermedades no hubiera. Creo que somos los muy importantes para la salud del pueblo”.

Cuestión de atención

Camagüey cuenta con cerca de mil 628 trabajadores en el sector de Comunales, y Didiesky Ocaña Suárez, secretario general del Buró de Comunales en el territorio, asegura que al ser una profesión muy sacrificada queda en manos de ellos enamorarlos para que se queden.

“A los dirigentes sindicales los preparamos muchos para que sepan expresar las proyecciones del movimiento sindical  y siempre hablamos muchos con los trabajadores para que se sientan representados.

“También a los destacados los reconocemos con certificados o con algo material, siempre buscamos algún mecanismo de estímulo para que sigan haciendo su trabajo y sientan que su sacrificio es recompensado”.