Por Elaine Caballero
La destacada bailarina cubana Marta García (Guanabacoa, 7 de febrero de 1949), una de las figuras emblemáticas del Ballet Nacional de Cuba (BNC), falleció este domingo en un hospital de Madrid, España, a los 68 años de edad, víctima de una irremediable enfermedad.
Considerada uno de los pilares fundamentales del BNC debido a su virtuosismo y ejercicio de la técnica danzaria, la vocación artística de Marta comenzó en 1954 a la de edad de 5 años, cuando recibió el Premio a la Mejor Artista Infantil, otorgado por un popular programa de la televisión, donde recitó, cantó, actuó y bailó danzas españolas. En 1965 realizó su debut en el ballet Coppelia.
Dos años después, en 1956, realizó con éxito una presentación de la Academia de Ballet Alicia Alonso en el antiguo Teatro Radiocentro –hoy Cine Yara–. Para 1957 repite la misma experiencia en el Teatro América.
Durante una gira por Estados Unidos, la crítico de arte del The New York Times, Anna Kisselgoff, destacó la técnica de Marta en Coppelia como la más sólida y famosa de su momento, pues sobresalía por la fluida ejecución sin aparente esfuerzo.
Con el BNC asumió roles protagónicos del repertorio clásico como La fille mal gardée, Don Quijote y La bayadera, y se destacó en las interpretaciones de Las Amigas de Gisselle, la Danza Española y la Mazurca, de El lago de los cisnes.
En 1975, después de ser ascendida a primera bailarina, estrenó La casa de Bernarda Alba, en la versión de Iván Tenorio, y pasado tres años protagonizó Bodas de sangre, de Antonio Gades.
Junto a su esposo, dirigió el Ballet del Teatro Colón de Buenos Aires (2001-2004) y también se desempeñó como profesora en el Instituto Superior de Danza Alicia Alonso, adscrito a la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid.
Sus restos recibieron honores en el madrileño tanatorio de San Isidro y este lunes, según sus deseos, serán incinerados, informó el director del Instituto de Danza Alicia Alonso.
Llegue hasta sus familiares y amigos, así como al mundo internacional de la danza, las condolencias de los trabajadores cubanos ante tan irreparable pérdida.