Considerado una gloria de la cultura cubana recibió entre otras distinciones el Premio Nacional de Humorismo (2001) y el Premio Nacional de Radio (2002) por la obra de toda la vida.
Luberta nació el 27 de septiembre de 1931 en el municipio Marianao y cursó sus estudios primarios en los colegios Mesa y Domínguez y la Escuela Primaria Superior No. 1, ambos pertenecientes a esa localidad.
En 1947 comenzó a trabajar como adaptador de programas para la televisión y copista de libretos en la radio; también por esos años colaboró con las publicaciones El Sable y Mujeres. Formó parte del Movimiento 26 de Julio en la clandestinidad y por tal motivo estuvo exiliado en Venezuela.
Ya para 1965 mantuvo con alta audiencia el programa radial Alegrías de Sobremesa, surgido en 1963. Luberta asumió el reto, pero con la condición de cambiarle la estructura y quedar como escritor fijo. De esta forma, el 15 de abril de 1965, sale al aire este espacio con un nuevo formato y guionista.
En 1971 pasó a Radio Progreso donde impartió un curso para escritores del Instituto Cubano de Radiodifusión (1971-1972). Además fue director y guionista de varios espacios. Colaboró con novelas para la televisión, casi siempre vinculadas a lo dramático, muy alejadas del humor.
Escribió la revista musical La Rampa; en televisión para Secundino Tracy, el detective gallego –con Idalberto Delgado y Mario Galí en los roles principales– así como tiempo después De repente en televisión, conducido por Rosita Fornés. Aquí intervenía parte del elenco de Alegrías de Sobremesa, en especial Wilfredo Fernández.
En 1977 ingresó a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y más tarde se convirtió en miembro del Consejo Nacional de esta organización. Seis años después, en 1983, formó parte de la brigada artística cubana que recorriera de Cabinda a Cunene en Angola, donde soldados internacionalistas cubanos tuvieron una oportunidad de contacto con la Patria.
Su militancia en el Partido Comunista fue destacada, además de ser fundador del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura.
Cuando recibió la Medalla conmemorativa 60 Aniversario de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) manifestó: “Siempre hice lo que tenía que hacer en el momento que había que hacerlo, sin esperar nada a cambio, pero he vivido con el privilegio de recibir muchos honores y la medalla 60 aniversario de las FAR es un orgullo más, ha sido el colofón de los años vividos, y se la agradezco al Partido, al Gobierno y al pueblo, que en definitiva es el protagonista de todo”.
El último espacio televisivo de su autoría fue En familia (2002), conducido y dirigido por Alfredo Rodríguez.
El quehacer artístico de esta notable figura siempre tuvo su génesis en el pueblo, que lo vio siempre acompañado de amigos fieles. Nunca faltó el buen humor y la creatividad en las presentaciones de Alegrías de Sobremesa por fábricas, escuelas, cooperativas y bateyes del país.
Hoy los cubanos dicen adiós a esta entrañable figura, con la confianza de hacer perenne el inmenso legado que dejó en la radio y la televisión.