El Panorama Laboral de América Latina y el Caribe, resumen anual que desde hace más de 20 años publica la Oficina Regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), asegura en su más reciente edición que la región ha vivido un deterioro en la calidad del empleo.
El documento, dado a conocer en Lima, Perú, afirma que la tasa de desocupación en América Latina y el Caribe alcanzó el nivel más alto en una década (8,1 %) en un contexto caracterizado por la contracción económica. La tasa del 2016 es 1,5 % más alta que la del 2015, cuando fue de 6,6 por ciento. Ello significa 5 millones más de desempleados, cifra que ahora llega a 25 millones en el área.
José Manuel Salazar, director Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, ratificó que el panorama laboral empeoró este año pues “hay un aumento abrupto de la desocupación, está creciendo la informalidad y bajó la calidad del empleo”. Agregó que además han detectado “una preocupante realidad de retrocesos e impactos negativos en múltiples indicadores”.
La contracción económica redujo la generación de empleos, explicó, también existe preocupación acerca de si será posible conseguir el crecimiento lento previsto por los Gobiernos para el 2017.
El promedio regional de crecimiento económico refleja diversas realidades, destaca el informe de la OIT, pues coexisten tasas positivas en América Central, Caribe y México, con otras de contracción en América del Sur, especialmente en Brasil, un país donde vive cerca del 40 % de la población económicamente activa de la región.
En el caso del desempleo, si bien hay particularidades nacionales, el 2016 se caracterizó por una tendencia al incremento. Así sucedió en 13 de los 19 países incluidos en el estudio. Se espera que tal comportamiento continúe en el 2017 y que la tasa supere el 8,4 por ciento. Las mujeres fueron el sector más afectado. El desempleo entre ellas se ubicó en 9,8 %, casi al borde de los dos dígitos por primera vez en una década.
No obstante, el Director Regional de la OIT consideró el caso de los jóvenes como “sumamente preocupante” pues la tasa promedio de desempleo juvenil creció en casi 3 %, hasta alcanzar el 18,3 %, también la más alta en una década. Actualmente la falta de trabajo en esta parte de la población es 3,1 veces mayor que en el resto.
En cuanto al trabajo informal, el documento de la OIT reporta que en el 2015 se registró un alza en la tasa de 46,5 % a 46,8 %, tendencia que persistió, al punto de que hoy existen unos 134 millones de trabajadores empleados en condiciones de informalidad, “fenómeno persistente en nuestra región lo cual plantea un desafío de grandes dimensiones para los hacedores de políticas”, comentó Juan Chacaltana, especialista regional en empleo de la OIT, quien coordinó la elaboración del Panorama Laboral del 2016.
Otros de los indicadores del deterioro en la calidad del empleo son la reducción del trabajo asalariado privado (bajó -0,7 %) y el aumento del gestionado por cuenta propia (0,5 %), el cual está “asociado a condiciones laborales de menor calidad”, así lo define el informe de la OIT. El texto también señala que los salarios medios reales cayeron con respecto al 2015, tendencia que se estaría manteniendo.
Los indicadores recopilados en el 2016 comprueban que “en los últimos dos años se ha retrocedido en parte de los avances laborales que había logrado la región en la década previa”, dijo Salazar.
Los países del área enfrentan “un doble reto: dar respuestas a corto plazo para mitigar los impactos sociales y laborales negativos de la desaceleración y retornar a una senda de crecimiento y, por otra parte, tomar acciones para enfrentar los problemas estructurales de baja productividad y de falta de diversificación productiva”, comentó Salazar.