El ideario político y la ejecutoria del líder antimperialista Antonio Guiteras Holmes están insertados por derecho propio en el patrimonio del movimiento revolucionario cubano.
El impulso que movió su vida lo trajo desde el seno hogareño. De padre cubano y madre –ambos con ancestros independentistas– nació el 22 de noviembre hace justamente 110 años, en la localidad de Bala Cynwyd, del estado norteamericano de Pensilvania.
A Cuba llegó con apenas siete años de edad. En su infancia solía escuchar pasajes sobre el tío materno, que logró escapar de una cárcel colonialista en Dublín, Irlanda. Con idéntico interés ponía atención a los relatos que evocaban a su tío paterno José Ramón, fusilado por las fuerzas españolas cuando combatía por la libertad de Cuba.
Anduvo el tiempo y, a su vez, fue madurando en Tony un sentimiento revolucionario sustentado en una rica formación cultural e ideológica, en la cual encontraron eco la epopeya guerrillera de Sandino en Nicaragua, las reivindicaciones agrarias del mexicano Emiliano Zapata y la toma del poder por el proletariado ruso dirigido por Lenin.
La actividad revolucionaria de Guiteras comenzó en las aulas del bachillerato y se multiplicó en la Universidad de La Habana, donde cursó la carrera de Doctor en Farmacia. Fue electo representante de su Facultad ante el Directorio Estudiantil Universitario, en 1927, una de las organizaciones que se opuso a la prórroga de poderes con la cual el dictador Gerardo Machado pretendía perpetuarse en el poder.
Su andar por toda Cuba como viajante de productos farmacéuticos le propició conocer de cerca a las capas más humildes del pueblo, particularmente en la región oriental donde se unió a combatientes revolucionarios para atacar cuarteles y fomentar grupos guerrilleros en las montañas.
Era un hombre sencillo, de carácter férreo, reflexivo, analítico. Al decir de quienes le conocieron, gustaba vestir de blanco, buen bailador, tocaba piano y disfrutaba de la música clásica, el ajedrez y el béisbol. Según su hermana Calixta, ni en la clandestinidad perdía el buen humor y su costumbre de leer.
Genuino líder
En agosto de 1933 una huelga general derrocó al régimen machadista. Semanas después del aquel suceso, Guiteras formó parte de un gobierno integrado por civiles y militares. Por entonces ya era un genuino líder de profunda visión política basada en el antimperialismo y orientada hacia el socialismo.
“Seré firme defensor del Gobierno, hasta tanto no se convierta en lacayo fiel de Washington”, afirmó al asumir la cartera de Gobernación, Guerra y Marina.
De inmediato puso en práctica un grupo de medidas de gran impacto social, como el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas en la industria azucarera, la libre sindicalización y la rebaja del precio de artículos de primera necesidad, entre otras legislaciones.
Una de las acciones más vibrantes fue la nacionalización de la mal llamada Compañía Cubana de Electricidad, perteneciente al monopolio yanqui Electric Bond and Share, ante la negativa de la patronal de conceder justas demandas de los obreros.
En 1934 Guiteras pasó al clandestinaje tras la caída de aquel Gobierno por un golpe militar fraguado por Fulgencio Batista, con la aprobación de la embajada norteamericana en la isla.
Fundó la organización revolucionaria Joven Cuba, cuyo programa sentenciaba que “para que la ordenación orgánica de Cuba en nación alcance estabilidad, precisa que el Estado cubano se estructure conforme a los postulados del socialismo”.
Cuando se disponía a salir hacia tierra azteca con el fin de organizar una expedición que iniciara la lucha armada en la isla, una artera emboscada truncó su vida en desigual combate contra un destacamento del ejército. Junto a él cayó su amigo, el revolucionario venezolano Carlos Aponte.
El quehacer de Tony Guiteras, considerado por estudiosos y conocedores como de talla universal, recibió del Comandante Ernesto Che Guevara la calificación de “más puro precursor antimperialista y guerrillero cubano”.
Los destellos de su ejemplo irradiaron más allá de un momento crucial en la historia de Cuba al inspirar a quienes, como él, llevaron a cabo la materialización de su sueño, la construcción de una sociedad socialista.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.