Por Rodny Alcolea Olivares y Ramón Barreras Ferrán
Las grandes afectaciones causadas por el huracán Matthew al fondo habitacional de los municipios del este de Guantánamo provocaron la necesidad de construir, en el menor tiempo posible, un gran número de viviendas en las ciudades y en el campo.
En la actualidad la etapa recuperativa centra su atención en el techado de los cientos de miles de hogares que quedaron sin cubierta por derrumbes parciales o totales en Yateras, San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí, estos dos últimos los más afectados.
Junto a la rápida y sostenida ayuda del país con las miles de tejas y otros materiales entregados y producidos por la gran industria de la construcción, nacen a la par en las montañas del Alto Oriente cubano nuevas minindustrias dedicadas en la actualidad a la producción local de bloques, y a las que pronto se sumaran otras piezas como las plaquetas y viguetas que permiten en un corto tiempo la fabricación de una casa de cubierta dura y resistente a los embates de un huracán.
Así ocurre en la montañosa zona de Quiviján del Toa, ubicada a unos 30 kilómetros de la ciudad de Baracoa, donde ya producen, vinculadas a la industria local de Guantánamo, varias bloqueras en las que trabajan pequeñas brigadas de jóvenes, quienes anteriormente estaban sin vínculo laboral.
A ellas se supeditan también productores independientes como Leo Viera y Gerardo Guilarte, quienes junto a sus ayudantes se convierten en seres casi imprescindibles en estos lomeríos, al confeccionar camas, mesas, muebles, tablas de palma o de otra madera, y cabos de hacha, de sombrillas de ollas, molinos para moler cocos y otros indispensables artículos para el hogar.
Los centros para la producción de materiales de la construcción están dotados de bloqueras manuales y otras que funcionan con energía eléctrica, como las enclavadas en las comunidades de La Perrera y Quiviján, esta última ubicada en la base de lo que fuera un puente que también se destruyó hace algunas décadas con el paso de otro ciclón. Ambas minindustrias tienen capacidad para producir más de mil bloques diarios.
En el poblado serrano de Tabajó existe también un nuevo centro de materiales de la construcción, dedicado a la fabricación de bloques, actividad a la que se incorporará la producción de plaquetas y viguetas, y a la minindustria donde hacen y reparan colchones, se confeccionan prendas de vestir, fundas y sabanas, y se ampliaran, junto a servicios técnico, para la reparación de equipos electrodomésticos.
La casa de Félix
Muestra de cuanto se puede lograr en la recuperación del muy dañado fondo habitacional de las serranías baracoanas es la vivienda del combatiente del Ejército Rebelde Félix Paumier Hernández, construida y amueblada en tres días, casa que responde al modelo sostenible de fabricación que se pretende generalizar en las montañas guantanameras.
“Estoy feliz – dice Félix- el rancho en el que vivía fue destruido y miren ahora como vivo, y las cosas que el Estado me ha dado. La Revolución no deja a nadie desamparado”.
Carlos Martínez Turro, vicepresidente del consejo de la administración provincial, informó que “en la actualidad funcionan 13 minindustrias (7 en Baracoa y 6 en Maisí), a las que con el apoyo del país, y la construcción de equipos como los moldes para hacer bloques que se producen en Guantánamo, se sumarán otras hasta alcanzar la cifra de 22”.