A un total de 29 millones 484 mil dólares ascendió el cómputo total de las afectaciones que en la esfera de la cultura causó el impacto del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, solamente durante el último año, en el período comprendido entre abril del 2015 y marzo del 2016.
En un informe cuantificado, realizado por el Ministerio de Cultura, se destaca que los ingresos no percibidos por exportaciones de bienes y servicios se calculan en 26 millones 505 mil USD; mientras que los gastos adicionales por la reubicación de exportaciones suman 156 mil USD, y los fletes y seguros por reubicación de mercados, 271 mil USD; asimismo, por la diferencia de los precios de las importaciones debido a la necesidad de comercializarlos en otras plazas suman 1 millón 392 mil USD.
También se conoció que las afectaciones monetario-financieras en esta etapa se calcularon en 317 mil USD; en la producción y los servicios ascendieron a 500 mil USD; y por no acceso a la tecnología de Estados Unidos, a 341 mil USD. Con respecto al año anterior el crecimiento de la afectación es de 5 millones. Fundamentalmente crecen en estas estimaciones Galería Habana y Génesis por los perjuicios a las artes plásticas.
Entre los ejemplos más significativos se mencionan la prohibición de la entrada al mercado de EE.UU. y la reubicación geográfica del comercio.
Estos cálculos estimados se realizan a partir de las realidades en este mercado independientemente de que exista la Enmienda Bergman, que pretende atenuar el “embargo” impuesto a Cuba.
En la música
Entre los daños que en el sector de la música ha causado el bloqueo, se encuentra la imposibilidad de cobrar por concepto de la actuación de 122 prestigiosas agrupaciones musicales cubanas en varios escenarios de ese país a través de 15 intercambios culturales coordinados con el Instituto Cubano de la Música (ICM), para los cuales no se pudieron firmar contratos económicos a precios comparables con los de ese mercado.
Debido a las leyes impuestas por el bloqueo, las presentaciones en vivo de músicos cubanos en territorio estadounidense tienen que ser con carácter de intercambios culturales, sin que medien contratos comerciales entre las partes. Las empresas cubanas no obtienen beneficios económicos, y se afectan al no poder comercializar esas agrupaciones en otros mercados.
Por otro lado la extraterritorialidad del bloqueo impide la promoción, difusión y comercialización de talentos, y ha limitado el disfrute de nuestra música en todos los continentes del planeta.